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Psicoesteta

Iniesta, siempre con nosotros

La gran pérdida para el fútbol español que supone la marcha del manchego

"Se para todo y sólo estamos el balón y yo. En ese momento escuché el silencio y sabía que iba a dentro". Así relató Andrés Iniesta en el programa de televisión "Informe Robinson" lo que vivió en la final del Mundial de Sudáfrica 2010 cuando recibió aquel pase de Cesc Fábregas. Fue el gol de todos, como describió Fernando Torres. El gol que proclamó a España por primera y única vez hasta ahora campeona del mundo y que tuve la inmensa fortuna de ver in situ en el estadio Soccer City de Johannesburgo. Fue un instante glorioso. Justo un año antes, el de Fuentealbilla (Albacete, 1984) había tenido una lesión que lo mantuvo alejado de los terrenos de juego durante tantos días que incluso llegó a dudar sobre su futuro como futbolista pero la noticia más dura le llegó cuando le comunicaron el fallecimiento de su amigo Dani Jarque, jugador del Espanyol, el eterno rival del Barcelona. Andrés Iniesta le dedicó el gol de todos en aquella prórroga contra Holanda al quitarse la camiseta de la selección y mostrar otra interior con un lema que había escrito a mano con rotulador: "Dani Jarque siempre con nosotros".

Hace unos días Pascal Ferré, redactor jefe de la publicación France Football se deshacía en elogios hacia el centrocampista del FC Barcelona. En un editorial titulado "Perdón Andrés", asumían su culpa por no haberle entregado el balón de oro en lo que definía como una "anomalía democrática" y aseguraba que "Iniesta ha probado que el cerebro es, definitivamente, el músculo esencial de los campeones de categoría". Quién sabe si la magia de Andrés volverá a salir a relucir en Rusia y no les quede más remedio que darle el premio al que, por cierto, ha sido nominado ininterrumpidamente entre 2009 y 2016.

"Me hace muy feliz que no sólo yo seré recordado sino que también lo será Dani Jarque", insiste el chico tímido que llegó a la Masía con 12 años y que 22 después ha anunciado su adiós con 31 títulos como barcelonista y habiéndose proclamado bicampeón de Europa en 2008 y 2012 y campeón del mundo en 2010 con la Selección Española. En 2011 le fue concedida la medalla de oro de la Real Orden del Mérito Deportivo, la más alta distinción que se otorga al deporte en nuestro país, de ahí que haya que dirigirse a él como Excelentísimo Señor.

La despedida de Iniesta hay que entenderla como un hasta luego porque alguien de su categoría nunca se va ya que su recuerdo perdurará para siempre. Si él reconoció que escuchó el silencio cuando recibió aquel balón de Cesc Fábregas para marcar el gol de todos, nosotros lo escucharemos cuando la próxima temporada canten la alineación del Barcelona y no citen su nombre. Hasta pronto Ilustrísimo Señor don Andrés Iniesta, siempre con nosotros.

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