El fútbol está lleno de mentiras. Cada vez más. Una de ellas, insoportablemente recurrente estos días en algunas tertulias, es la de que no vale de nada hacer cuentas. Para qué si total quedan dos jornadas para el final y el Oviedo depende de terceros. Debe ser muy pronto todavía para coger la calculadora, como si el oviedismo no llevara tiempo alimentando su fe gracias a ella. Como si no hubiera oviedistas compulsivos que, incluso, se han llevado esta semana al trabajo hojas de excel para ver el cielo azul. Porque sí, poder se puede.

A falta de argumentos futbolísticos de peso, el Oviedo, a esta hora, depende precisamente de las cuentas de la lechera. El discurso contrario, el de yo no miro más allá de lo mío, se sostuvo en esas infumables ruedas de prensa hasta que ya no se pudo más. Era mentira, claro. Todos miran para todos en todo momento. Siempre, en la jornada uno y en la cuarenta. Ocurre que las ruedas de prensa, un tópico tras otro, también suelen ser un saco de mentiras importante. Incluso Anquela, un tipo que suena sincero en el micrófono y que suele tener cierta chicha (al menos si se le sabe leer entre líneas), es capaz de decir un día que no ve fútbol europeo y, poco tiempo después, en la misma sala de prensa, poner de ejemplo un partido europeo del Atlético.

Para el Oviedo, en fin, benditas cuentas. Si todavía el oviedismo cree fuerte no es por las sensaciones que transmite el equipo sino porque parece razonablemente factible que los números cuadren. Ganar a la Cultural y al Huesca, eso lo primero y lo más difícil. O no. Y después ponerse a echar números. El Oviedo (62 puntos) necesita que dos de sus rivales directos (Zaragoza -65-, Valladolid -64, Cádiz -63- y Numancia -62-) pinchen. Ahí va una posibilidad que no parece una barbaridad: que el Zaragoza gane al Valladolid en La Romareda y que el Cádiz empate al menos uno de los dos partidos restantes: ante el Tenerife (que estaba desahuciado pero ganó al Sporting) y el Granada. Otra: que gane el Zaragoza al Valladolid y el Numancia pinche ante la Cultural el último partido. Creo que el Zaragoza-Valladolid será clave. Y al Oviedo le interesa victoria maña.

¿Qué Oviedo veremos en León, con miles de oviedistas en las gradas? ¿El de la primera parte ante el Sevilla Atlético y Osasuna o el de la segunda en esos partidos? ¿El de Lugo o el de Soria? Es una incógnita, como las cuentas. Pero peor es no echarlas y vivir en la oscuridad. Llegados a este punto, ¿de qué sirve no creer? El fútbol está para sorprender. ¿O alguien apostaba hace un mes a que el primero en subir sería el Huesca?