La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Eloy Méndez

Pase al hueco

Eloy Méndez

Inexplicable miedo a ganar

El carácter ciclotímico del equipo, con Jony como mejor reflejo

El Sporting, más que irregular, es ciclotímico. Es un equipo que enlaza fases eufóricas y depresivas sin solución de continuidad. Tuvo un inicio prometedor, se hundió a un mes de las Navidades y volvió a resucitar tras el segundo derbi, encadenando una racha para la historia. Ahora, afronta al tramo final de la temporada sumido de nuevo en un mar de dudas por culpa de tres derrotas consecutivas con sensaciones muy distintas, pero un denominador común: miedo a ganar.

El equipo de Baraja se ha bloqueado sin razón aparente, a no ser el mal de altura. Es difícil de entender que, en La Romareda, regalase la primera mitad del partido al rival. O que fuera incapaz de dar un paso adelante tras el gol de Santos ante el Barça B, con El Molinón en plena efervescencia. Tampoco se explica muy bien la anestesia general en Tenerife, ante un adversario inocuo y que marcó casi sin querer.

Más que las lágrimas de Calavera por otro error defensivo en su cuenta, la imagen de la frustración acumulada en Canarias fue la cara de Jony, con gesto quejoso cada vez que le enfocaba la cámara. El extremo es el que mejor ejemplifica el estado anímico de la plantilla, seguramente sin saberlo: de la sonrisa perenne al ceño fruncido. Así que escucharle decir que él cree debe ser motivo de esperanza. Ganar al Granada no sólo sería sacudirse de encima este inesperado e inoportuno temor a la victoria. Viendo lo visto, podría ser también el inicio de otro subidón psicológico. En el momento decisivo.

Compartir el artículo

stats