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Periodista

Esas miradas, esas caras

Tras la conjura de la plantilla rojiblanca, toca apretar los dientes y ganar al Granada

Esta semana en el vestuario del Sporting se dijeron las cosas a la cara, se cruzaron las miradas, solo faltó que sonara de fondo "Miraes", el disco de José Manuel Tejedor. Una banda sonora perfecta para que haya paz y sintonía en la plantilla rojiblanca ante los últimos y decisivos encuentros que esperan en el mes de junio, que debería traer más victorias que el mayo que se va este domingo de horarios unificados. Todos a las 20.30 horas con los dispositivos móviles atentos para seguir lo que pasa en Segunda.

"Es la ansiedad por el ascenso", dice Álex López. Ese estado de ánimo que lastró por años a una promesa azulgrana que surgió con la fuerza del rayo: Bojan Krkic. "Tenía ataques de ansiedad, pero al fútbol no le interesó". El jugador, que llegó a ser considerado un talento para la selección española, contaba en una entrevista la otra cara del deporte. Un trabajo que puede resultar una pesadilla si no se cuenta con la formación adecuada.

Recordaba esta semana Christian Fernández, defensa del Real Oviedo, que los jugadores "son también personas". ¿Quién lo duda? A estas alturas de la competición todo suma: vestuario unido, preparación física adecuada para una temporada tan larga. Entrenamientos tácticos que permitan a los jugadores mover el balón sin necesidad de mirarse. Como Laudrup, Iniesta y demás genios del balón. O, a otro nivel, el Huesca sin ir más lejos. Un equipo de Primera esta temporada y la pasada, donde llegó hasta el último minuto con opciones de ascenso. Con Anquela y con Rubi: un grupo ganador. El fútbol de los oscenses fue de lo mejor que se vio este curso. Incluso les valía con jugar perfecto medio tiempo, como en Tenerife, Córdoba y Lugo. Pero saliendo siempre con una idea clara: ganar. Así también perdieron y empataron. Hay que reconocer el mérito a quien lo tiene.

Los azulgranas a lo mejor llegan para quedarse, como el Eibar, Girona y Leganés. Hace veinte años el Villarreal ascendió a la máxima categoría del fútbol nacional dejando con la boca abierta a medio mundo. "¿Dónde queda Villarreal?", se preguntaba la gente. Subieron ganando la promoción al Compostela. Siguiendo con las efemérides: ese año descendió el Sporting y el Real Oviedo disputó la promoción frente a Las Palmas para mantener la categoría. Conviene repasar la historia para ver de dónde venimos y adónde vamos. Si viajamos en avión, barco o en auto stop. Si en barco, saber quién forma parte de la tripulación y quiénes son los pasajeros. Los que pagan el viaje. Y sobre todo comprobar si embarcó Maximino Martínez -presidente de la Federación Asturiana de Fútbol, vocal de la Española- capaz de navegar o flotar en toda clase de aguas: con Villar, Larrea y Rubiales. Eso garantiza que el barco no se hunda.

Aceptadas las responsabilidades después de mirarse al espejo, a la cara, toca apretar los dientes para ganar a un Granada que debería estar disputando el ascenso directo. Cambiaron de entrenador, Portugal es el tercero, sin que cambiaran los resultados. Les sobró Oltra al que Asensio le está agradecido por cómo le supo llevar cuando jugaba en el filial del Mallorca: una semana jugaba con el primer equipo y a la siguiente regresaba al B. Le hablaba, le cuidaba. Como lo saben hacer los buenos formadores.

En estas semanas hemos leído en LA NUEVA ESPAÑA las estadísticas, que nunca sobran; los fríos datos sobre las opciones de ascenso directo. Tan pocas que rozan el milagro. Pero ahí el Sporting tiene experiencia. El Real Oviedo apurará las suyas en León para llegar vivo contra el Huesca.

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