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Una leyenda que se apaga

Fallece a los 69 años el exdeportista Emilio Segura, hijo del pintor de los murales de la Laboral

Emilio Segura, el cuarto de los siete hijos del pintor Enrique Segura, ha fallecido a los 69 años de edad. Ya desde niño, había estado estrechamente vinculado a nuestra región desde que su padre empezó a realizar las pinturas murales del teatro de la Universidad Laboral de Gijón, y llegó incluso a presenciar todas las fases de su realización. Años después, la familia Segura fijó su segunda residencia en el concejo de La Franca, y desde entonces Emilio solía acudir a pasar las vacaciones siempre y cuando sus compromisos deportivos o laborales se lo permitían.

Su cuerpo atlético, y una altura nada desdeñable, permitió a su padre hacerlo posar de modelo en algunos de sus cuadros con unos atuendos acordes para cada ocasión. Así, vistió el traje de luces en numerosas ocasiones, y en otras obras de gran valor artístico se puede apreciar su noble figura.

En su juventud Emilio era muy conocido en todos los estamentos sociales ya que su atractivo físico y su don de palabra le acercaban a dialogar fácilmente con los retratados que acudían al estudio del pintor, y su padre depositaba en él toda su confianza como un buen embajador.

Emilio había nacido en Madrid el 2 de octubre de 1945, y se había formado en la cantera del Estudiantes; en la liga 1963-64 se proclamó campeón de España juvenil, y su triunfo le permitió ascender a la Liga Nacional de Baloncesto de 1ª División en la que militó hasta 1967, siendo titular indiscutible, y forjando su leyenda tras arrebatarle la liga al Madrid en el último minuto de la última jornada de la temporada 1966-67. Las dos canastas ya legendarias encumbraron al deportista.

Para rememorar la heroica hazaña, en 2001 se constituyó la "Peña Emilio Segura", y a través de la Asociación de Veteranos estuvo permanentemente vinculado al club hasta el final.

Personalmente mantuve contactos frecuentes con Emilio hasta días antes de su fallecimiento. Ha sido muy duro perder a un amigo. Teníamos importantes proyectos a la vista. Éramos uña y carne. Emilio estaba muy volcado en el proyecto de investigación sobre la vida y obra de Enrique Segura, poniendo su máximo empeño, ilusión y capacidad de trabajo. Desde ahora el trabajo tendrá un valor añadido por todo el apoyo que me brindó, y se lo dedicaré gustosamente.

El aprecio que sentía le llevó a obsequiarme hace unos meses con un boceto de las pinturas murales de la Laboral. "Este boceto es para ti, ya que simboliza el trabajo y el esfuerzo de los asturianos; tú eres la persona más indicada para custodiarlo", me dijo.

El dolor y la consternación tanto de su familia como de los buenos amigos con los que contaba, está presente estos días. Emilio Segura descansa ya junto a sus padres Enrique Segura Iglesias y Cándida María Coronado Andrés en el cementerio madrileño de Pozuelo de Alarcón.

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