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Crítica / Música

"Los Testigos" y su "Pasaporte a Eurovisión"

La idea es buena: crear una banda para versionar los grandes éxitos que se han consagrado en el festival. Un evento que desde los años sesenta se ha convertido en un referente para la canción melódica del continente y en una cita ineludible para numerosas generaciones, y es que aunque el festival esté lleno de altibajos y su popularidad haya decaído (al menos en nuestro país), forma parte ya de nuestrasvidas. Estamos en plena fiebre de las bandas tributo, pero pocas veces se homenajea a un festival; Eurovisión, sin duda, lo merecía.

Aunque pueda parecer sencillo, esteproyecto entraña muchas dificultades; estamos hablando de medio siglo de música con diferentes estilos, distintos registros y tendencias en la interpretación vocal y acompañamientos muy diversos que van desde las baladas hasta el reggaetón. Parecía imposible, pero "Los Testigos" consiguieron un resultado más que satisfactorio, incluso original y sorprendente en algunas versiones, porque reducir el papel de toda una orquesta a una formación de guitarras, bajo y batería no es tarea sencilla y obliga a tomar decisiones que pueden ser arriesgadas. El resultado lo pudimos ver el pasado lunes en la terraza del Jardín Botánico; una puesta de largo con todas las entradas vendidas que se convirtió en una auténtica fiesta.

Público de todas las edades que se dejó llevar por la nostalgia que provocaba cada tema. El recorrido fue cronológico y comenzó con el "Estando contigo" de Conchita Bautista, que en 1961 representaba por primera vez a España en el festival. Desde ahí, casi año a año, fueron sonando temas de Gigliola Cinquetti, Sandie Shaw o France Gall; la primera gran ovación fue para Kike Dembinsky interpretando el "Yo soy aquel" de Raphael, no sólo por la voz sino por una caracterización muy conseguida que repetiría con Julio Iglesias o José Vélez. Por supuesto, el "La, la, la" de Massiel fue muy coreado, pero cada tema despertaba la emoción entre los asistentes y animaba a muchos a cantar y bailar acompañando a la banda. Imposible no dar palmas con Peret y su rumba "Canta y sé feliz" o no entonar el estribillo de "Eres tú" de Mocedades.

Más allá de la época dorada de Eurovisión, los ochenta dejaron temas muy conocidos que "Los Testigos" rescataron del olvido, como "Lady, lady" o "La fiesta terminó" de Paloma San Basilio, en el que Ana Viñuela se creció y desplegó todo su poderío vocal. En los noventa no podía faltar una acertada versión de "Bailar pegados" de Sergio Dalma que bien podía haber cantado el público en solitario de principio a fin. Y, como fin de fiesta, el "Europe's living a celebration" de Rosa y el "Chikichiki" de Rodolfo Chikilikuatre, que fue una de las más aclamadas de la noche. Para entonces, nadie necesitaba las sillas en el botánico,como quedó patente con el público cantando y bailando el "Waterloo" de "Abba".

Así terminaba hora y media de recital que resultó divertido y dinámico, con unos cantantes que ejercieron además de maestros de ceremonia presentando los temas, encarnando a los diferentes personajes y dialogando con el público. Una fiesta a base de temas muy conocidos que demuestra que este festival ha estado presente en nuestras vidas más de lo que pensábamos.

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