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Crítica / Música

"La Bien Querida" del indie nacional

Puede gustar más o menos, pero nadie puede negar que la oferta musical de la plaza Mayor en esta Semana Grande es variada en estilos, formatos y propuestas. Otra cosa es valorar si todo lo que pasa por este escenario cumple las expectativas del público que se congrega cada tarde ante el ayuntamiento. "La Bien Querida" (nombre artístico de Ana Fernández-Villaverde) aparecía en el programa como uno de los exponentes de la escena indie nacional, y desde luego su trayectoria parece refrendar este título: apoyada desde sus inicios por grupos como "Los Planetas" o "Beef" y por revistas como "Mondosonoro" y "Rockdelux", ha editado sus tres álbumes con el sello Elefant Records; el último "Premeditación, nocturnidad y alevosía" (2015) es el que da pie a la gira que el pasado martes los trajo a Gijón.

La puesta en escena y la actitud también encajaba con lo esperado: sobriedad, introversión y cierta apatía que parece ser congénita a esta escena. Auténticas maneras indies que forman parte ya de la estética y del discurso de este movimiento. Sobre el escenario, luces y humo, mucho humo, que desdibujaba la figura de Ana Fernández-Villaverde otorgándole un halo de misterio. A su lado, David Rodríguez (guitarras y sintetizadores) y el gijonés Frank Rudow (Manta Ray) a las percusiones, al bajo y al teclado. El trío fue desgranando los temas de una trayectoria con diferentes lenguajes; si bien la electrónica y las bases firmes y constantes son un ingrediente fundamental de la música de esta banda, encontramos diferencias palpables entre temas como "Picos de Europa" o "Vueltas", más monótonos en la melodía, que por momentos sonaba claramente desafinada, y "Muero de amor", en la que el ritmo ternario facilitó el diseño de perfiles vocales y matices más líricos y cercanos al pop. Destilado, este tema podría encajar a la perfección en el repertorio de una Julieta Venegas.

Sin embargo, por lo visto el pasado martes, esta artista bilbaína no le saca partido al amplio margen que separan ambas propuestas y se inclina claramente por la primera. Así quedó patente en temas como "Disimulando" o "De momento abril", que recuerda bastante a la archiconocida "Un buen día" de "Los Planetas". Las letras de las canciones van acordes con la monotonía de la música, y la temática nos habla de esa cotidianidad turbia y atormentada que también se prodiga en los artistas de esta escena.

El concierto acabó a la hora, y con la balada "Sentido común" como propina se puso el punto final. "La Bien Querida" se fue como llegó, con discreción y sin entusiasmos, y es que el concepto de bis es también alternativo en el indie. El grupo hizo su papel, pero el espectáculo quizás era más propio de sala de conciertos oscura o de festival tipo "Sonorama" que de plaza Mayor.

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