Encontrar a una banda como "Calexico" de gira por el país es un regalo para cualquier programador; una oportunidad para traer (por un precio razonable) a una formación que lleva casi veinte años reinventándose y que garantizan el éxito en cualquier plaza. El pasado jueves fue en la de Gijón, ante una multitud que comenzó agolpándose en los soportales para resguardarse de la lluvia y terminó por atestar toda la Plaza Mayor vibrando al ritmo de este grupo estadounidense y desafiando a las inclemencias del tiempo.
"Calexico" presentaba nuevo álbum; "Edge of the Sun" (2015), es el noveno trabajo de estudio y una muestra más de la constante evolución musical de la banda, que da cabida a lenguajes musicales muy distantes, tanto en lo estilístico como en lo geográfico, sin perder el sello personal del grupo. Una mezcla que les enmarca inevitablemente y de forma deliberada en la etiqueta de la "world music", pero que al mismo tiempo les permite un amplio margen de maniobra para conseguir un sonido ecléctico a base de lenguajes bien asimilados y digeridos. "Calexico" destila buen gusto, tanto en la composición de los temas como en la elección de los arreglos, y esto se traslada de forma natural al directo, en el que los siete miembros que configuran la banda se las arreglan para dar vida a las canciones y mantener siempre atento y enganchado al público.
El concierto fue cambiante, "Calexico" no llegó a definir su sonido e incluso jugó al despiste con el repertorio. Arrancó por la senda del "mojo", con trémolos en la guitarra y melodías de trompeta por terceras para unos temas que bien podrían formar parte de la banda sonora de alguna película de Tarantino. Voz potente, colores interesantes en la "steel guitar" o la marimba y canciones bien construidas; lástima que el sonido tardara en encontrar su sitio, especialmente para las guitarras acústicas, que no se oían del todo bien.
Quizás era esto lo que cabía esperar del grupo, pero pronto llegaron los cambios de tercio con canciones más anglosajonas, menos mexicanas; en ocasiones con temas de corte dylanita en el fraseo melódico y otras con reminiscencias de bandas como "The Verve" o "Radiohead" por la superposición de texturas instrumentales. Todo siempre desde las fronteras, sin llegar a definirse y marcando una prudencial distancia que da un aire personal a la música de "Calexico" en la que la tradición anglosajona se mezcla con guiños a repertorios de otras latitudes. Hubo rumba, cumbia, danzón, bolero y ranchera, pero todo sin dejarse llevar por los desarrollos "hot" latinos, sino más bien introduciéndolos en "grooves" y patrones rítmicos regulares y tirados hacia atrás propios del pop-rock anglosajón. Así quedó patente en los tumbaos del piano o en los ritmos de la batería.
El concierto fue sumando a cada tema, pero sin duda, se vino arriba con la versiones como "Alone Again Or" de "Love" o el "Desaparecido" de Manu Chao; también con temas propios, como "Roka: Danza de la muerte". Hubo dos tandas de bises, una rareza en los conciertos de la plaza este año. Fue su forma de agradecer la entrega de un público que soportó sin contemplaciones la lluvia intermitente de una noche que parecía más otoñal que estival. Quedó claro que "Calexico" tiene patente de corso para regresar a la ciudad cuando quiera. El éxito está garantizado.
