Al ministro de Industria se le cae la baba pensando en el incremento turístico del próximo año. A este político, que es canario, lo admiraban sus paisanos cuando era presidente del Cabildo, pero dejaron de admirarle cuando llegó a ministro y se puso a favor de la búsqueda del petróleo que puede arruinar las playas del archipiélago.
Respecto al turismo del año 2016, muchas cosas han de cambiar. Han de desaparecer los incendios forestales que este verano ya han calcinado miles de hectáreas y que solamente atraerían a turistas con un ramalazo pirómano.
Turistas que no sepan nadar vendrán pocos, pues nuestras playas se están caracterizando por la falta de vigilantes que ejerzan el salvamento. Considerable es el número de ahogados en playas marítimas, fluviales y pantanos.
Los turistas motorizados también se lo tienen que pensar. Las carreteras no están para muchos trotes. La ministra de Fomento no cuida más que el AVE, tren de alta velocidad y no menos alto coste. Excepto en Asturias donde se le desconoce. Tras este repaso al turismo rural, al playero y al motorizado no cabe hacerse muchas ilusiones respecto al futuro.
