A mi me parece buena gente la tropa china. Lo que ocurre es que son muchos. No confundamos la cantidad con la calidad. Una cosa es un jinete y otra un regimiento.
En mis tiempos vivía una numerosa familia asiática en lo más céntrico de Cimadevilla. Eran amables y trabajadores, ya estaban levantados cuando nosotros no nos habíamos acostado. Fabricaban farolillos de papel para decorar las verbenas callejeras. Gijón siempre fue muy verbenero.
El lío de ahora es que la moneda asiática ha provocado el derrumbamiento de la riqueza financiera de todo el mundo. Las bolsas occidentales se consideran malheridos porque los chinos quieren manipular en los grandes mercados.
De momento parece que ya nos han dado un respiro. No son malos. Es que son muchos. Yo que ya estoy un poco sordo, prefiero un cantante a un orfeón.
