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Loquillo, animal de rock and roll

Hasta los más escépticos deben rendirse a la evidencia. Loquillo ha conseguido algo más que ser una leyenda viva del rock nacional, se ha mantenido vivo a lo largo de toda su carrera. Desde los años ochenta, ha conseguido reinventarse y renovar su repertorio con canciones que, generación tras generación, se siguen coreando. Loquillo suma y sigue; mantiene los temas míticos de su repertorio y, disco tras disco, los incrementa de forma exponencial sin perder frescura ni vitalidad. El pasado sábado lo pudimos comprobar en el concierto que ofreció como cabeza de cartel del "Moto weekend"; un recital que congregó a miles de seguidores para los que no hubo tregua. Y es que más de treinta años de constante producción dan para un repertorio pletórico en el que cada canción suena a número uno.

La tarde comenzaba con sabor local; los "Blues & Decker" apostaban por el estilo que les da nombre en su vertiente más regular, al estilo Chicago. Después, "The Lucky Dados" se presentaron sin Vinila Von Bismark con un repertorio de versiones instrumentales entre las que sonó "Roadhouse Blues" de "The Doors·. Y, con el ambiente caldeado, llegó Loquillo a rematar la noche. Arrancó con "Rock and roll actitud", "Línea clara" y "El hijo de nadie", temas que a pesar de ser bastante recientes suenan ya a clásicos, y como tales fueron recibidos por el respetable. Loquillo tiene la virtud de crear himnos más que canciones, temas que crecen con guitarras abiertas y estribillos coreables, como "Memoria de jóvenes airados" o "Cruzando el paraíso". Las guitarras son sin duda uno de los fuertes de esta banda; tres guitarristas de primer orden que se dan juego y se complementan en pos de un sonido contundente y lleno de matices que va más allá del virtuosismo exhibicionista que tanto abunda en el rock.

El concierto fue subiendo de intensidad a medida que se sucedían las canciones. Loquillo conoce bien a su público motero, y apostó por un repertorio con grandes dosis de rock and roll clásico: "Tatuados", "El hombre de negro", "Quiero un camión", fueron algunos de los temas en esta línea. No faltaron las míticas: "La mataré", "El ritmo del garaje" o "El rompeolas", que sonó con un ritmo muy tirado para atrás. Hubo espacio para rescatar uno de sus primeros temas, "Esto no es Hawai" y, por supuesto, para el obligado "Cadillac solitario" con el que se cerró el concierto. Aún quedaba noche, con "Rafa Kas trio" en la carpa rock del festival. No podía ser de otra forma para finalizar uno de los fines de semana más roqueros del año en la ciudad.

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