Yo creo que, a estas alturas de la película, ustedes sabrán lo poco que estoy de acuerdo con nuestro sistema educativo. Pero hay algo que quizás no comenté pero que considero es algo que no sólo pienso yo, sino muchas otras mujeres como yo. La escolarización es obligatoria a los 6 años, en primero de Primaria, pero sin embargo nuestros niños tienen que empezar jornadas maratonianas con 3 años, a veces con 2 años si son nacidos después de septiembre, en las que aquellos centros en los que hay jornada continua están de 9.00 a 14.00 horas, por ejemplo, lo que me parece una auténtica barbaridad para niños tan pequeños.
¿Que no hay conciliación entre vida familiar y laboral? Es un hecho. Pero también lo es, no hay más que mirar para Finlandia, el top en resultados académicos y sistemas educativos, que los niños deben jugar hasta prácticamente los 7 años. Algo que desde luego aquí no sucede.
La enseñanza allí comienza como tal a esa edad, de 6 a 7, porque hasta entonces se sabe que no es necesario más que jugar, y aprender de la propia vida, de sus compañeros, de sus padres, de la vida, esa que se pierden entre fichas y jornadas eternas, contando con las extraescolares por supuesto.
Ustedes me dirán. En España no es obligatorio, por lo tanto pueden seguir en régimen de guardería, de socialización y aprendizaje más lúdico hasta los 6 años. Ya. Pero todos sabemos que como no entren en infantil, luego no "quedan" plazas para primero de Primaria. Y ya, ya sé, hay que trabajar, y hay madres que no tienen más remedio que dejarlos, pero hay otras muchas, que prefieren que sus hijos jueguen, porque es lo que tienen que hacer, y sí es con ellas o con los abuelos o con la guardería de la esquina mejor... Porque también así pueden aprender a leer y hasta a escribir, porque el mismo niño te lo irá pidiendo de una forma totalmente diferente.
No soporto ver como auténticos bebés se agarran a las faldas de su mamá, porque no sabe si va a volver o no a por ellos... porque el tiempo para ellos sin ella o sin él, su padre, es eterno, y se mezclan lágrimas y mocos, de madre e hijo, separaciones a veces bruscas, porque con 2-3 años ya tienen que ser "mayores".
Y no es así. Sólo hay que saber lo mínimo de psicología infantil para saber que el mejor método de aprendizaje para un niño son los estímulos de la sonrisa de su madre, los juegos de su padre, las historias de la abuela, los amigos del parque, los juegos y juguetes que comparten, los cientos de cuentos que mami le cuenta cada noche durante tantos y tantos años. Sin prisa, con calma, con amor, con tranquilidad. Y eso se consigue muy fácilmente. Aquellos que quieran tener a sus hijos toda la jornada escolar porque creen que así serán mucho más inteligentes que lo hagan y los que no, pues que los dejen en guarderías para que jueguen y se socialicen unas horas, o que se queden en casa si alguno de los progenitores no tiene trabajo.
Porque yo creo que tenemos derecho a elegir. Y porque él, o ella, su padre y madre, serán siempre sus mejores profesores, siempre. Debería por tanto existir algo parecido al sistema finlandés, que no sé por qué demonios nos hartamos de decir que es maravilloso y no solo no lo copiamos sino que lo hacemos todo justo al revés.
Ojalá, Dios lo quiera, todos podamos cambiar algo de este nefasto sistema que crea fracaso tras fracaso y que puede empezar, fíjense, cuando son prácticamente unos bebés... Que quieren, a mí ya se me pone la piel de gallina pensando en ella, dentro de tres años... no quiero esto para ella. No lo quiero: que le manden las fichas a casa si no las acaba, que tenga que separarse de su madre llorando, un día y otro, tras cada período vacacional, después de un puente, cuando vuelven tras estar enfermos... y todo porque lo que un niño de esta edad necesita es tan sencillo como estar el mayor tiempo posible con sus padres.
Es así de fácil. ¿Nadie lo entiende?
