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Un sistema educativo de calidad

En defensa de un modelo de enseñanza consensuado y no sujeto a vaivenes políticos

El sistema educativo español necesita tomarse en serio por parte especialmente de la Comunidad Educativa: padres, alumnos, profesores y entidades civiles realmente comprometidas en la educación sin ánimo de lucro, como es la Iglesia Católica, que gozan de la protección constitucional. En un estado democrático y de derecho no es de recibo que los partidos políticos traten de imponer a toda la sociedad un modelo ideológico-político según su concepción del poder. La educación no puede ser motivo de confrontación política sino de consenso en lo fundamental. No puede ser que los partidos políticos traten de imponer sus leyes cuando llegan al poder, derogando toda ley que no hayan elaborado. Lo primero que hace el PSOE cuando llega al poder es derogar cualquier ley que tenga por finalidad la calidad educativa, más conforme con las exigencias de los nuevos tiempos como se ve en los países más avanzados en materia educativa.

Supuesto este principio fundamental e irrenunciable, el sistema educativo debe tener como fines: la calidad, la libertad de elección de centro en la que cabe la existencia de centros no convencionales, como los actuales, como pueden ser los tecnológicos, o artísticos o deportivos. La igualdad de oportunidades es otro de los pilares básicos de la calidad educativa: nadie por falta de medios económicos -aquí entre el delicado problemas de los libros de texto que suponen una dura carga para muchas familias- puede quedar al margen de la calidad de enseñanza, cuando demuestra aptitudes y actitudes positivas, como son el espíritu de trabajo, de superación, y de esfuerzo continuado. Para muchos alumnos de condición económica humilde la educación es la única oportunidad para acceder a una mejor calidad de vida, principalmente profesional y de mayor responsabilidad. Es un fraude a la sociedad y a los contribuyentes que alumnos con familias económicamente agraciadas paseen casi gratis sus años por la universidad pública sin exigirles lo que se pide a alumnos que estudian con becas y/o con grandes sacrificios familiares.

El sistema educativo tiene que estar abierto al diálogo y a la comunicación y no estar secuestrado por fuerzas políticas y sindicales, esto exige un pacto por la educación de forma inmediata. El bilingüismo desde los primeros años es una condición necesaria. El caso de la Comunidad de Madrid puede servir como ejemplo, pues en este curso 2015-2016 por primera vez en España se ha completado la primera promoción bilingüe desde infantil hasta la PAU.

La autonomía de los centros es un objetivo posible y deseable, siempre que se respete la voluntad de padres y las líneas educativas fundamentales diseñadas por el Gobiernol. El sistema educativo debe estar sujeto a pruebas objetivas de evolución. El sistema de reválidas que tanta oposición encuentra en aquellos que no quieren que nada cambie y se perpetúen las mismas carencias, fracaso escolar y abandono, debe ser contemplado como una posibilidad siempre que se conformen de forma objetiva y muy bien estudiada, porque las reválidas deben estar en función de calidad y nunca ser un medio de selección subjetivo.

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