El viaje del Papa Francisco a Cuba está despertando un interés mediático impresionante. Todo el mundo opina de él y descubren intenciones políticas, económicas que son más fruto de las fantasías que de la realidad. No faltan quienes afirman que el Papa Francisco va consolidar el régimen cubano, porque no lo va a condenar de forma explícita, porque no se va a reunir con los disidentes, ni va a condenar la dictadura castrista al recibir en persona al anciano y decrépito Fidel Castro y aceptar los agasajos de su hermano Raúl. Otros ven que el Papa Francisco llega después de Obama para consolidar las débiles muestras de apertura política que no suponen de hecho la instauración real de una democracia plena: actualmente es imposible en Cuba mientras al frente del país siguen la vieja guardia revolucionaria y no se celebren elecciones libres. Pero lo mejor es dejar hablar al Papa y no silenciarle con supuestas dobles intenciones, lo más alejado de la verdadera personalidad del pontífice porteño.
En un videomensaje dirigido al pueblo cubano, el Papa ha dejado perfectamente claros los motivos y las razones de este histórico viaje a Cuba en un momento muy importante de su actual historia. "Voy -dice el Papa- a visitarlos para compartir la fe y la esperanza, para que nos fortalezcamos mutuamente en el seguimiento de Jesús. Me hace mucho bien y me ayuda mucho pensar en su fidelidad al Señor, en el ánimo con que afrontan las dificultades de cada día, en el amor con que se ayudan y sostienen en el camino de la vida. Gracias por este testimonio tan valioso. (?) Quiero estar entre ustedes como misionero de la misericordia, de la ternura de Dios. Pero permitidme a que les anime también a que ustedes sean misioneros de ese amor infinito de Dios, que a nadie le falte el testimonio de nuestra fe, de nuestro amor; que todo el mundo sepa que Dios siempre perdona, que Dios siempre está de nuestro lado, que Dios nos quiere (?) Por favor, les pido que recen por mí, que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide."
En Cuba, el país de la revolución permanente; en donde los discursos de Fidel incitaban a los cubanos a mantener un enfrentamiento continuo, donde el ateísmo teórico y práctico era la antirreligión oficial, el Papa sólo habla del amor y de la misericordia de Dios, del perdón y la solidaridad entre los cubanos. Es decir, lo que no comunican los grandes diarios occidentales lo escribe el diario Granma, órgano oficial del comité del partido comunista.
