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Presidente de la Asociación Lázaro Cárdenas

España: "Modelo histórico" de emigrantes y refugiados

Memoria de los niños y niñas de la guerra que abandonaron tal día como hoy de 1937 El Musel huyendo de la contienda civil

Para la Asociación Lázaro Cárdenas -nos llamamos así por el presidente de México que entre 1937 y 1939 acogió a más de 25000 españoles- es un obligación ineludible, cada 23 de septiembre, recordar la partida de 1100 niñas y niños de la Guerra y sus educadores del Puerto de El Musel en 1937 bajo las bombas de las tropas fascistas que se disponían a entrar en la ciudad. Tras diversas tribulaciones, llegaron a la Unión Soviética, donde fueron recibidos con los brazos abiertos. Encontraron, a miles de kilómetros de Xixón, un nuevo hogar en el que rehacer sus vidas, rotas por la guerra.

Hoy, 78 años después, otra guerra en Siria provoca la huida de cientos de miles de desplazados y que huyen fundamentalmente del terror islamista. Cientos de personas mueren en el mar Mediterráneo y otras se apilan en las fronteras de la Unión Europea. La actuación del gobierno ultraderechista húngaro puede y debe ser calificada de crimen contra la humanidad. Se hacina a seres humanos tras muros y alambradas; la policía y el ejército se utilizan para reprimir a familias que solo quieren vivir; y trenes siniestros cargados de refugiados nos recuerdan que el huevo de la serpiente del fascismo y la xenofobia vive acechándonos. Es intolerable que un gobierno europeo actúe con tan poco respeto a los derechos humanos y permanezca impune.

En este caso la Unión Europea es tan culpable como el gobierno húngaro. El lamentable espectáculo que estamos viendo estas últimas semanas, con los diferentes gobiernos europeos regateando cuotas de refugiados a ver quién se lleva menos, es una exhibición vomitiva que horroriza a cualquier persona con un mínimo de sentimiento solidario. A veces da la impresión de que los dirigentes europeos no quieren enterarse de que son seres humanos que han llegado al límite. Mientras millones de infelices se hacinan en diversos países esperando llegar a Europa, los dirigentes se pasan la pelota unos a otros, haciéndose responsables de todas y cada una de las muertes que se producen en el tránsito.

Debemos considerar que, por desgracia, el génesis de todo esto, es decir, la guerra en Siria, tiene también su parte de responsabilidad para Europa, además de junto a Estados Unidos. En nuestro seguidismo a los americanos, jugamos con fuego apoyando a unos supuestos rebeldes libertadores, a pesar de la gran cantidad de indicios que los mostraban como islamistas radicales. No escarmentamos. Hoy se llama Estado Islámico, pero hace treinta años hasta los talibanes eran rebeldes libertadores y recuerden como acabó.

El ejemplo que tuvimos hace 78 años, con más de 1.100 niños que huían de la barbarie y que fueron acogidos por la URSS, nos pone a los europeos ante el espejo. No se hacían preguntas ni se establecían cuotas. Se les recibía con cariño, se les alimentaba, se les daba un techo y una educación. Hoy, esta Europa mezquina es incapaz de formular una propuesta seria y el gobierno de un país miembro, Hungría, nos avergüenza, como miembros de la misma Unión que ellos, llegando al extremo de proponer cárcel para los refugiados que crucen sus fronteras.

Para acabar, quiero recordarles que el homenaje será este sábado 26 de septiembre a las 12.00 horas, en el lugar de siempre: la escultura de Vicente Moreira (uno de los niños de la guerra) situada en la Playa del Arbeyal. Si las condiciones meteorológicas fuesen adversas, nos trasladaremos al Salón de Actos de la Empresa Municipal de Aguas. Una cita necesaria, para recordar y homenajear, pero también para denunciar la terrible situación de los refugiados sirios y denunciar a sus responsables.

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