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Otoño

El cambio de estación, en el ambiente y en la mesa

Fiel a su cita llegó el cambio de estación. Enfrío el agua de la bahía, la hoja caduca comienza a alfombrar los parques, ya hay que plantearse llevar jersey por los hombros y por si acasu? En fin, vamos camino del largo y ciego periodo otoño-invierno. A falta de ventriscas, chipirones de poetar y ciruelas claudias irán entrando en escena, poco a poco, los oricios, las quisquillas, la perdiz y les arcees, los caldinos, los callos y les castañes baldunes? Cuando esto escribo, vengo aterido del Náutico. Me senté a contemplar la mar y me extasié hasta quedarme mecido? Una dulce octogenaria, cuando desperté del pigazu, me dijo: "Daba gusto contemplarlo echando la cabezadina; parecía usted un ángel".

¡Toma ya! Tras un verano descafeinado, marcado por mi achacoso cuello, a lo mejor me espera, pues fui piropeado, un otoño de escándalo.

PD. No se me depriman, pues ya están ahí las navidades (que no navidaes), luego la Semana Santa y poco después otro verano. ¡Aupa Sporting!

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