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El delito de luchar por la dignidad

La represión no puede ser la solución para resolver el descontento de los humanos con las injusticias sociales

Tras la reciente condena a 2'5 años de prisión a los 5 mineros de Zarreu, hoy tendrá lugar en los juzgados de lo penal de Gijón, un nuevo juicio contra seis activistas sociales y sindicales, acusados de participar en un piquete en la última huelga general del 14 de noviembre de 2012. Para todos ellos el fiscal solicita una condena que suma un total de 12'5 años de prisión.

La represión no es por casualidad, está perfectamente diseñada para disuadir la rebeldía social. Ha ocurrido a lo largo de la historia y hoy los que se definen como demócratas y defensores de las libertades, la utilizan como un arma eficaz contra todas aquellas personas que alzan la voz contra la sinrazón y crueldad de este sistema que nos somete, cada día más, a vivir en unas condiciones de pobreza y exclusión inaceptables; mientras ellos navegan por inmensos mares de opulencia y corrupción.

La represión nunca puede ser la única solución para resolver el descontento de los humanos con las injusticias sociales. ¿Acaso se puede considerar un delito que los trabajadores/as ciudadanos/as nos manifestemos contra las consecuencias de una crisis que no hemos generado, pero que el capitalismo y los gobiernos a su servicio pretenden que la paguemos? ¿Acaso es un delito luchar por el empleo, las libertades y la dignidad de las personas?. Pues todo parece indicar que así es a la vista de los acontecimientos.

De esta manera y desde hace ya años se ha desatado una verdadera caza de brujas contra activistas combativos, como ahora es el caso de los compañeros de Zarreu, ya juzgados y condenados, o los seis del hoy de hoy en Gijón. Pero lo mismo ocurre con el joven Alfon en Madrid que se encuentra en prisión cumpliendo una condena, de cuatro años, y otros muchos pendientes de juicio en Andalucía, Galicia, Extremadura, Barcelona, Madrid.., Para todos ellos se solicitan largos años de condenas por causas idénticas.

Pretenden resolver esta crisis económica con métodos de la vieja usanza -represión, palos, detenciones, sanciones económicas y cárcel- y despejar así el camino a los empresarios y sus colaboradores políticos corruptos de todos/as los luchadores de base que sean un obstáculo para mantener sus propios beneficios.

Hoy más que nunca, cuando la izquierda política y el sindicalismo claudicante a las imposiciones del capitalismo renuncia a la lucha en defensa de los derechos colectivos para apoltronarse en sillones parlamentarios y negociaciones con nuestros explotadores y cuando más visos hay de que todas las recetas neoliberales ensayadas hasta el presente son incapaces de abrir camino en la espesura de la crisis capitalista, es cuando más debemos confiar y apoyar la lucha de estos compañeros/as que están siendo juzgados por defender los derechos de todos los desprotegidos, en esta sociedad tan desproporcionada y desigual.

Estamos ante una espiral de represión que es imprescindible detener, todos los trabajadores/as y fuerzas sociales, desde los distintos territorios del estado español, y el camino para conseguirlo es siguiendo vuestro ejemplo.

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