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Profesor de Geografía e Historia

AVE y cortos vuelos

La independencia en la Unión Europea del siglo XXI es una quimera

La legalidad democrática vigente es la que es. La Constitución española de 1978 ha sido aprobada por el 90% del electorado catalán, y su reforma requiere 2/3 de los diputados nacionales españoles. De ella deriva la legitimidad y autoridad de los gobiernos regionales de las comunidades autónomas, incluida la Generalitat de Cataluña. Pretender una secesión unilateral, aunque se vista de seda democrática se queda en una mona de demagogia. Es una deslealtad política y una ilegalidad jurídica. Por la misma regla de tres la provincia de Tarragona y la ciudad de Barcelona deben tener derecho a auto-determinarse dentro de Cataluña. ¿Sería argumento para separarse que los barceloneses, por tener más renta, pagan más impuestos que los leridanos? ¿Se imaginan una Cataluña sin Barcelona? Barcelona es Cataluña como Cataluña, desde el punto de vista geográfico e histórico, siempre ha sido hispana y europea. Respecto al contexto presente, la tendencia y objetivo en la Unión Europea es a superar fronteras y conflictos, no a levantar nuevas barreras. El triunfo europeo de la selección española de baloncesto es la enésima prueba: la unión hace la fuerza. En cuanto a la imputación de Artur Mas por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), cada palo que aguante su vela. Es lo que tiene estar en un Estado de Derecho, en vez de en un estado del capricho... ¿A dónde lleva la huida hacia adelante del clan de los Pujol? Ni Cataluña ni el País Vasco ni Escocia tienen recorrido fuera de la Unión Europea libre y próspera.

Ha entrado en servicio el tramo Valladolid-Palencia-León de 166 kilómetros de AVE de la línea ferroviaria de Madrid a Asturias, donde los trenes podrán alcanzar los 350 kilómetros por hora, con ello el viaje de León a Madrid se realiza en dos horas, reduciendo el tiempo empleado en tres cuartos de hora, en tanto que las conexiones desde Asturias se reducen en treinta minutos y desde Cantabria en veinte (y pronto se inaugurará el tramo de Palencia a Burgos). Con un coste de 1.600 millones de euros, ha requerido 48 viaductos, y en la financiación también han participado en una pequeña parte el FEDER y el BCI. Ahora queda por culminar el túnel de 25 kilómetros de la variante de Pajares para acceder a Asturias, así como resolver el "fondo de saco" en León. ¿Es un gasto necesario o excesivo? Depende de la rentabilidad económica y social que tenga, en relación al dinero gastado. Además del turismo, que proporciona un 10% del PIB español anual, hay que ver la conectividad con regiones vecinas y el posible uso para mercancías. El área de Oporto y norte de Portugal, tradicionalmente de espaldas al noroeste español por las penillanuras de Tras-Os-Montes, alberga más de tres millones de habitantes. Sería interesante también captar tráficos para las Renault de Valladolid y Palencia por el puerto de El Musel. Lo que está claro que tener unas comunicaciones deficientes es un lastre para avanzar y competir, tanto en industria como en comercio y turismo. Enganchémonos al tren europeo del siglo XXI sin complejos.

Se polemiza estas semanas sobre la ubicación de la futura estación intermodal de Gijón, para trenes de largo recorrido, cercanías y autobuses, en el área del plan de vías de Poniente. Unos defienden ubicarla en Moreda y otros detrás del museo del ferrocarril. De este a aquella hay menos de 400 metros, y los propios andenes necesitan casi doscientos metros, a ver si entre que discutimos si son galgos o podencos o si los ángeles tienen sexo, nuestra casa está sin barrer. ¿Merece la pena discutir y retrasar el proyecto varios años por un matiz de menos de 400 metros? Pues tomemos una solución salomónica, situemos la estación entre ambas propuestas, a menos de 200 metros de donde dicen unos y otros. Un hecho positivo de los comentados sobre las nuevas propuestas de los responsables políticos es situar la estación de largo recorrido en superficie. En efecto, que el Metro y/o Cercanías estén subterráneos es menos incómodo, pues los viajeros suelen ser a más o menos corta distancia, por motivos laborales diarios o de una gestión concreta, y no llevan maletas, pero andar subiendo y bajando maletas del subterráneo a la superficie y viceversa -lo habitual en pasajeros de largo recorrido a Valladolid, Madrid o Alicante es viajar para varios días y con equipaje- es una gran incomodidad para los usuarios. Lo que necesitamos de verdad no son luchas partidistas ni palos en las ruedas, sino presupuestos y calendarios. ¿Tendremos estación intermodal en Gijón en la próxima legislatura 2016-2020?

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