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Crítica / Arte

Chema Barreiro construye una galería de cine

Chema Barreiro es asturiano, aunque nació en Salamanca (17-06-1952) por casualidades de la vida. Estudió delineante proyectista en la Escuela de Artes y Oficios de Avilés. Desde 1974 hasta 1986 trabajó como delineante en la empresa Rubiera Preflex, S.A. que se dedicaba en Carreño a la fabricación de vigas metálicas para puentes, aparcamientos y otras construcciones que requieren amplias luces. Pero la empresa se vino abajo y tras dos años como sociedad laboral decidió marchar para dedicarse a la fotografía, que era la pasión de su vida. Montó entonces (1984) su propio estudio fotográfico en Gijón, que mantuvo 30 años en la calle Ramón y Cajal, y se dedicó como reportero a hacer fotos para prensa, modas y modelos, ecos de sociedad, foto industrial, foto publicitaria y hasta fotografía deportiva, al servicio del Sporting de Gijón.

Su dedicación y la calidad de sus trabajos recibió justa compensación al recibir en el año 2007 el Premio Goya de Fotografía en el apartado de Libre Creación, premios creados por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España en 1986. La foto que mereció este premio es un puño dentro de un cubo que parece girar. Inspirada en los "Cubos de la Memoria", de Agustín Ibarrola en Llanes, llevaba por título "USA, un poder que domina el mundo".

Chema Barreiro nunca se ha parado, siempre está aprendiendo cosas nuevas relativas al lenguaje y las técnicas fotográficas, a través de cursos, talleres y seminarios. Ha ejercido también como maestro, dando cursos y ponencias en la Universidad Popular de Gijón, la Asociación Profesional de Fotografía y Vídeo de Asturias (APFVA) y la Federación Española de Profesionales de la Fotografía y de la Imagen (FEPFI).

Recientemente, Chema Barreiro ha hecho las Américas, trabajando como "freelance" para revistas y cadenas de televisión en México, concretamente en Cancún, estado de Quintana Roo, en la zona sur del Caribe. Ha expuesto en Valencia, Madrid y México. Alguna vez en un centro municipal de Gijón, como El Coto, y ahora en la galería de arte de un barrio, el barrio de Magnus Blikstad, entre la estación de Alsa y la avenida Carlos Marx. Un barrio que aspira a tener presencia propia en la ciudad de Gijón, como el barrio Tribeca de Nueva York, abreviatura de Triangle Belong Canal, barrio de edificios industriales convertidos en viviendas, donde vive gente del cine, la música y la moda, como Robert de Niro, la joya de la corona, que ha creado allí un festival de cine.

De manera que en la galería de Geli Romo Collada, a la calle Adaro 4, cuelgan 14 fotografías de Chema Barreiro, de la serie "Ensoñaciones". Aspira Geli Romo a llenar un espacio que no cubren las galerías tradicionales. Dedicó su anterior exposición a Paula Álvarez García, "Godán", pintora de la naturaleza. Y la siguiente llevará por título "Ellas pintan mucho", que recogerá obras de mujeres pintoras amateurs. Y vaya si pintan ellas, en todos los sentidos de la palabra. Y digo amateurs porque es el término preciso. Cualquiera puede jugar un partido de fútbol, pero ser profesional es otra cosa, pues significa entrenar a diario y recibir una buena ficha.

Digamos que las 14 obras de Chema Barreiro son un homenaje al cine, puesto que tratan de plasmar el movimiento en una foto fija. La palabra fotografía viene del griego antiguo y significa "escritura de luz". Las niñas que bailan a la manera de "La clase de danza", de Edgar Degas, tal vez sólo requieren una instantánea de alta velocidad para captar su movimiento. Pero en el paseo del Muro de Gijón, los corredores o caminantes requieren una foto con máquina quieta sobre trípode y algunos segundos de exposición. Sólo de esta manera se puede captar a la vez el movimiento borroso de los humanos y la nitidez de barandillas y farolas inmóviles en la noche. Más difícil todavía es la foto de la moto en marcha, donde los fondos son aún más borrosos que el propio motorista. Esto se puede conseguir de dos maneras. Una, disparando con una cámara en movimiento y luego con máquina parada, cosa que antes se hacía con las antiguas máquinas analógicas, que permitían superponer varios motivos en una misma placa, pues se podía cargar el disparador sin mover el carrete. Y otra, superponiendo dos imágenes en el laboratorio.

Hay otra foto de mucha intriga, esa de la mujer desnuda, donde una misma imagen se superpone en diversos tamaños, como si estuviera varias veces congelado su movimiento a medida que se acerca hacia el espectador. Esto parece consecuencia de un gran control de la luz y la distancia entre papel y ampliadora: la luz para no quemar el papel y la distancia para conseguir distintos tamaños de la misma imagen.

Puede suscitar intriga, pero de todas maneras lo importante no es cómo lo hace, dónde está el truco, que el artista se guardará mucho de contar o "revelar". Lo importante es el resultado de las técnicas empleadas, sean cuales fueren. Volviendo a las chicas que bailan, sólo el autor sabe cómo conseguir que las piernas parezcan fijas, mientras que las faldas, torsos y cabezas giran como peonzas. Pero el resultado es singular y hermoso. De todas maneras, el fotógrafo Chema Barreiro dice que trabaja con máquina digital, pero a base de controles manuales.

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