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Nosotras, las mujeres

Memoria de Clara Campoamor y otras féminas que trabajaron por la igualdad de derechos

El otro día me enteré que iban a dar en la tele la vida de Clara Campoamor. En ese momento intenté recordar lo que sabía de Clara, un personaje de la historia femenina de nuestros días que siempre me fascinó. Una mujer de tal valía que eclipsó a casi todas las féminas de su tiempo. Consiguió lo que miles de sufragistas en el mundo luchaban por conseguir juntas pero ella lo hace prácticamente sola en España, En 1931 se aprobó el voto femenino, gracias a ella.

Procedente de una familia humilde, llega a la Universidad y estudia Derecho. Logró abrir las puertas a las mujeres que en aquel momento no sólo no podían votar o separarse de sus maridos, se decía que no lograban la madurez intelectual hasta los 45, no podían firmar contratos...

A causa de la guerra civil se va a Argentina y después a Lausanna, en donde moriría de cáncer en 1971. Se le ha llamado "La mujer olvidada". No se le dieron grandes homenajes hasta la época de la Transición y no demasiados. Ella dijo una vez "estoy tan alejada del fascismo como del comunismo, soy liberal".

Recuerdo que un pariente mío de ingrata memoria, José Álvarez-Buylla, fue enemigo acérrimo de Clara y rechazaba totalmente el sufragio femenino. Siempre he renegado de este pariente. Pero, en fin, en todas las familias hay ovejas negras.

Hubo muchas mujeres que dedicaron su vida a mejorar o ayudar a otras mujeres. Recordemos a Rosario Acuña, a Concepción Arenal que, a pesar de pertenecer a una familia de dinero y muy bien relacionada, dedicó toda su vida, que podría haber sido cómoda y lujosa, a ayudar a las mujeres en prisión. Fue una maravillosa visitadora de prisiones que se enfrentó a la maldad y la codicia de los directores de las cárceles, a los gobernadores con suavidad pero con firmeza, sin arredrarse y sin bajar la cabeza. Su labor sufrió muchos altibajos porque era tal la codicia, la astucia y la maldad que reinaban que a veces sus logros se perdieron. Pero no se rindió nunca.

Yo ya he dicho varias veces que nunca me dediqué a consolidar la igualdad entre mujeres y hombres porque no creía que fuera tan necesario. Nosotras somos cinco hermanas que fuimos tratadas por nuestros padres como si hubiéramos sido hombres. Se nos trazó un camino que nos llevaba al estudio y al trabajo y nunca se dudó de nuestra inteligencia y valía en comparación con ningún hombre. Yo nunca tuve ningún complejo en la relación con mis compañeros de Universidad, ni después cuando empecé a trabajar en el Instituto. Teníamos el mismo trabajo y ganábamos lo mismo.

Cuando me casé y empecé a tener hijos, mi marido y yo nos pusimos de acuerdo y decidimos que yo trabajaría en Gijón, cerrándome puertas en mi trabajo, para ocuparme de los niños. Fue una decisión personal, yo no estaba dispuesta a dejar el cuidado de mi familia a nadie, a no ser el trabajo material para poder ir clase. Pasé unos años muy duros, intentando ser la mejor madre y la mejor profesional. Por supuesto que no lo conseguí, sólo a medias. La mayor parte de las veces era una loca corriendo a todas partes y llegando siempre tarde. Pero lo intenté con todo mi corazón.

Más tarde descubrí la situación tan penosa en la que estaban muchas mujeres e intenté hacer algo por algunas de ellas. La violencia de género me parece una aberración, por eso siempre aconsejo que si se observa algún pequeño atisbo de agresividad en el novio o amado, o alguna frase de menosprecio, se corte inmediatamente la relación. Si ya se vive con esa persona, pedir ayuda inmediatamente.

Me parece tan absurda esa idea de que los hombres son superiores a las mujeres, que me da la risa. Los dos sexos tenemos la misma categoría como personas, sólo que en algunos casos o profesiones la mujer vale más que el hombre o viceversa. Los hombres que más desprecian a las mujeres suelen ser aquéllos que no valen para nada y son conscientes que sus mujeres son más inteligentes. Un hombre inteligente siempre aprecia a una mujer inteligente. Tenedlo en cuenta amigas. A los hombres idiotas que los aguanten otros idiotas, nosotras merecemos más.

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