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Tormenta de ideas

"Ponte en mi lugar, conecta conmigo"

El lema del Día Mundial de la Salud Mental nos ofrece un mensaje de cercanía y colaboración

Ayer se celebró el Día Mundial de la Salud Mental. Es curioso, pero me doy cuenta a medida que pasa el tiempo que cuando se habla de salud nos referimos a ausencia de enfermedad. Es algo con lo que no estoy en absoluto de acuerdo. El hombre enferma muchas veces en la vida y eso no quiere decir que sea un enfermo, y que pensemos y divulguemos que no está sano. Sufrimos a lo largo de la vida miles de virus, algunos que nos dejan en la cama, unas enfermedades más graves que otras, pero las pasamos y a nadie se le ocurre decir que "eres un enfermo", sino que en este momento estás enfermo.

En salud mental las cosas cambian. Si acudes a un psicólogo, si tienes una depresión, si padeces de ansiedad, no es que estés enfermo, es que eres un enfermo y empieza la estigmatización. Lo mismo en niños que en adultos, la visita a un profesional de la salud mental a veces se oculta, las pastillas que tomas las ocultas, porque no vayan a pensar que estamos locos. Parece increíble, pero sigo viéndolo después de tantos años de ejercicio. No hemos avanzado prácticamente nada en esto. Sí lo estamos sin embargo en la "otra salud". Ya no tememos al cáncer y hablamos de él con cierta naturalidad. Nadie se avergüenza de tener hepatitis o neumonía, todo lo contrario. Casi hemos vencido al sida, cuando hubo una época en que era anatema...

En salud mental no hemos avanzado demasiado, en cuanto a la concepción que los demás tienen de la enfermedad. No hay campañas institucionales suficientes y eficaces. Si tienes ansiedad, o depresión, o cualquier otro trastorno que forma parte de nuestra mente, aunque algunos no lo parezcan creer, de ese todo que es la persona, el ser humano, es que estás desequilibrado. Un todo que hace que se resienta el cuerpo cuando la mente enferma y no es capaz de aceptarlo, somatizando muchas veces, porque es mucho más aceptable socialmente que ser " un enfermo mental".

Recuerdo, hace muchos años, las palabras de alguien que en aquel momento dirigía una reunión de trabajo, que dijo, sin cortarse un pelo, que no soportaba a la gente desequilibrada. Recuerdo mi total rechazo porque implicaba una soberbia que desde luego yo no tengo. Creo que la salud mental pasa por atravesar muchos momentos malos, depresiones, fobias, ansiedad, o cualquier otro trastorno y poder reconocerlos para acudir a un especialista y ponerse a tratamiento. Y desde luego recuerdo las ganas que tenía de levantarme y decirle a esa persona que si nunca había sentido un cierto desequilibrio, la desequilibrada era ella. Y es que el equilibrio consiste precisamente en saber que muchas veces se altera, lo contrario es una enfermedad mucho más grave y que no se cura. Se llama no tener alma, ni emociones, ni sentimientos. Sé que existe gente así, pero desde luego no son más equilibrados que los que están diagnosticados con un trastorno mental, en realidad son zombis. Muertos en vida. Porque la vida es una cuerda floja en la que a veces pierdes el equilibrio, salvo que seas un robot programado para no tener un fallo.

El lema del Día de la Salud Mental me parece más que apropiado para estas personas: "Ponte en mi lugar, conecta conmigo". Eso es lo que hacen miles de profesionales de la salud mental cada día, cada minuto, con millones de personas que alguna vez en su vida tienen una enfermedad, sin que tengan que ser forzosamente enfermos. Conectar con ellos, ponernos en su lugar, ser empáticos y saber lo que pueden sentir. Es algo tan sencillo como eso. Lo único que hay que exigir un día como éste es medios para investigar mucho más y conseguir que igual que se erradican y controlan enfermedades del cuerpo, se trabaje para el alma. Esa que de vez en cuando se rompe y que algunos nos dedicamos a pegar cachito a cachito con todo el amor y profesionalidad de la que somos capaces...

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