La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Crítica / Arte

Naturalezas fantasmales de Rafael Rollón

Rafael Rollón, licenciado en Bellas Artes, es oriundo de Ávila (1966). Tiene fijada su residencia en Gijón y es profesor en el colegio Meres de Pola de Siero, donde imparte todo tipo de enseñanzas relacionadas con el arte y la creatividad plástica. Para exponer, se mueve entre centros culturales y galerías de Asturias, Madrid, Ávila y Salamanca. Es la tercera vez que vemos obra suya en la Galería Cornión, donde ya expuso en 2006 y 2009.

Son 21 los cuadros que cuelgan en la Galería Cornión, todos ellos en formato rectangular apaisado, 4 al óleo sobre papel, 1 al óleo sobre lienzo y el resto al óleo sobre lino. Los precios van según el soporte y el tamaño, como es habitual.

Toda la serie expuesta por Rafa Rollón se cobija bajo la expresión "Caravaggio, un sol y sombra" y las obras concretas van numeradas bajo el título "Eidolon". Veamos. Responde al nombre de "sol y sombra", de resonancias taurinas, un compuesto alcohólico en que se mezclan a partes iguales anís y coñac. Por su parte, Michelángelo Merisi da Caravaggio (Milán, 1571 - Porto Ércole, 1610) es un famoso pintor italiano de finales del siglo XVI y principios del XVII, que sentó las bases del naturalismo barroco, imponiendo una pintura con grandes contrastes entre luces y sombras, concepto artístico que se denomina "claroscuro" o "tenebrismo". ¿Y qué es un "eidolon"? Este término proviene del griego antiguo y significa fantasma, aparición, y también imagen descarnada de un muerto en el reino de Hades, que si se trata de un ser querido e intentas abrazarle, se desvanece en el aire, como cuenta la Odisea que le sucedió a Ulises con su madre, que por tres veces "voló de sus brazos semejante a una sombra o un sueño" (Odisea, canto 11).

Los cuadros de Rafael Rollón están construidos de la siguiente manera, que el espectador puede comprobar si los mira con atención. Sobre una base de color más o menos uniforme, color que varía según los propósitos del artista, van primero unas manchas o sombras, luego unas ramas y por último unas flores. Todo ello recubierto por un barniz final que aporta brillo y protección. De manera que el cuadro se parece a un palimsesto, palabra del griego antiguo que significa manuscrito que conserva debajo huellas de escrituras anteriores. Pero un palimsesto muy especial, pues hay trozos de naturaleza, ramas y flores, que parecen estar a la vez por encima y por debajo de las representaciones anteriores.

En el catálogo de la exposición escribe el pintor Rafael Rollón unas palabras cuya interpretación frente a las obras corresponde al visitante. El texto dice lo siguiente:

"El tema de la naturaleza en el arte ha sido siempre el escenario donde situar los elementos que nos muestran el comportamiento humano, su carácter, inquietudes, pensamiento, [?] escenario donde todo acontece, lo trágico y lo grotesco, lo irracional y lo absurdo, la forma y la inmaterialidad de lo visible, la necesidad y el azar, la luz y la sombra? la belleza en todas sus interpretaciones. Ante la imposibilidad de lo real? la nueva y gran ilusión, la realidad virtual. Pérdida total del objeto y del sujeto, suplantados en lo virtual, naturaleza engañada, manipulada, estereotipada y marginal [?]. Naturaleza atrapada en el vacío de un espacio sin fondo, sin perspectiva, sin historia, asfixiada en su propio estado de marginalidad, [?] una naturaleza ausente, como sombras de un pasado, en busca del que fue su modelo. Naturaleza como gesto puro, como recorrido, como eidolon (sombra-fantasma), sin tiempo ni espacio, radiografía de la individualidad, de lo subjetivo."

Y por último. Cuelga todavía en el escaparate de Cornión el cuento "El Ratoncito Pérez", con texto de Miguel Mingotes y dibujos de Pablo Maojo, que editó la Galería Cornión con motivo de la noche blanca del viernes 25 de septiembre, celebrada con la participación de 11 galerías. El texto dice así: "Ratoncito Pérez cambiaba dientes / por lápices y caramelos / que dejaba bajo la almohada. / A mi casa vino un día que me cayeron dos dientes, / pero encontró los de la abuela, // y nunca más volvió".

Compartir el artículo

stats