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Banderas

El uso torticero de las enseñas de todo signo

Un amigo, al que le gusta también deambular a eso de las 8 AM por nuestra espléndida balconada a la bahía, siente nostalgia de aquellas multicolores banderas que se asomaban la balaustrada de la playa de San Lorenzo. Hombre, de droguero a ferretero, aquello tenía su puntín en nuestras, entonces, retinas en blanco y negro, pero a día de hoy con la que sigue cayendo esos trapos "made in China" que dijo El Roto (y que recordaba el genial Pachi Poncela) no traen más que desgracies. A mí me revienta que en un mundo plural se saquen, o peor aún se monopolicen las banderas. Yo ante todo, empezando por el arjé, soy gijonés y Pelayo está en nuestro escudo...; si fuera alcalde con mayoría absoluta lu cambiaría, sin que me temblase el pulso, por un oriciu reventón.

En fin, querido industrial de esta plaza, si de mí dependiera la única bandera que debería de ondear en la insultantemente bella concha gijonesa, ¡y por ella sí que habría que luchar a brazo partido!, es la bandera azul.

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