El gran maestro sostenía que el Sporting perdía siempre que el viento Sur soplaba sobre El Molinón. No se espera que mañana haya viento Sur, y no precisamente por el resultado de los chavales de Abelardo, sino por la necesidad de que cambie el viento y llueva para librar a Gijón del manto de contaminación que la cubre estos días. La ciudad bien podría haber sido escenario de la histórica novela titulada "Viento del Este, viento del Oeste", porque esos vientos son los que interesan aquí. Del Oeste llega la lluvia reparadora, y del Este, la escoba que barre las nubes y deja esos días radiantes que tanto se disfrutan en la latitud 43. Entre el viento y el humo la ciudad se ha metido en el túnel de la contaminación hasta el punto de que las autoridades han estado a punto de decretar la alarma. ¿Qué hacer si se decreta la alarma? ¿No se puede pasear por el Muro o por el parque fluvial de Viesques? Demasiado para nuestros corazones.
