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El genio de la coña innata

Conozco a Ladislao de Arriba desde que fuimos vecinos en aquellos años de astillas y piñas que mercábamos en Ultramarinos La Granja de nuestra calle de La Merced. De pequeño mi padre me leía las Cartas a Corrida Street que desde Madrid escribía en Voluntad mi amigo Ladis. Con el paso del tiempo coincidí con él en la tertulia del Hotel Asturias y veía los fuegos junto a Lola, su mujer, en casa de María Eugenia Hidalgo. Una vez al mes nos hablábamos y seguía manteniendo esa coña innata que plasmaba en sus deliciosos billetes en LA NUEVA ESPAÑA de Gijón. En el último verano que vino a Gijón acudía a diario por la droguería, siempre con libros de Paradiso, y hasta tomamos algún vino en la terraza del Náutico, en compañía de Fernando Canellada.

Ladis escribió libros como el de "Querencia de Gijón" o el de "Adosados con barbacoa"; fue cronista taurino con el seudónimo de Praderito; dio el pregón de la Semana Grande gijonesa y "Tranvía de Oro" de la peña Cocheras. En fin, se nos va otro de los grandes e irrepetibles personajes de esta ciudad, que se va quedando huérfana de prohombres. Ladis tenía a gala no haber hecho deporte jamás en la vida... Descansa en paz, viejo amigo.

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