Gijón está en unas fechas claves para decidir si un proyecto fundamental e imprescindible para nuestra ciudad como es el plan de cías se convierte en una realidad o queda definitivamente paralizado. Y, para entender la transcendencia de este momento, es importante hacer un repaso histórico de los datos y los hechos.
En el año 2002, fue un gobierno del Partido Popular en España quien decidió desarrollar el proyecto del plan de vías, basándose en unos ejes muy concretos: soterramiento de las barrera ferroviaria en el centro urbano; construcción de una nueva estación intermodal para trenes y autobuses; construcción de un túnel del metrotrén que permitiera la penetración del ferrocarril de Cercanías en la ciudad; y urbanización de los terrenos liberados de uso ferroviario. El proyecto fue muy bien acogido por los gijoneses y por las administraciones, creándose así la sociedad Gijón al Norte, que integra a Ayuntamiento, Principado y Ministerio de Fomento.
Sin embargo, en marzo de 2004, se produce un acontecimiento que marcará el futuro de este proyecto: el PSOE gana las elecciones generales y se produce un triunvirato socialista que le da el poder en España, en Asturias y en Gijón. No es difícil, por lo tanto, concluir que todo lo que se ha hecho en relación al plan de vías entre los años 2004 y 2011 es única y exclusiva responsabilidad del Partido Socialista, que gobernó en ese período las tres administraciones, la estatal, la autonómica y la local.
¿Y que hizo el PSOE durante esas dos legislaturas? Modificar el trazado del metrotrén, retrasando la obra y aumentando el gasto; modificar la ubicación de la estación intermodal, desplazándola del centro de la ciudad a Moreda; construir, mientras tanto, una estación provisional lejana al centro de la ciudad; presentar un proyecto urbanístico a base de rascacielos, no exentos de polémica por las sombras que pudieran producir sobre la playa de Poniente? En definitiva, muchos planes, anuncios, ruedas de prensa, portadas y maquetas, pero a la hora de la verdad, nada.
Retrasan el proyecto en una época con abundantes recursos económicos y lo paralizan definitivamente con el estallido de la crisis económica. De tal forma que, cuando el Partido Popular llega al gobierno de la nación en diciembre de 2011, se encuentra con un proyecto modificado y en vía muerta, con la sociedad Gijón al Norte al borde de la quiebra por un agujero económico de 36 millones de euros, una estimación presupuestaria inasumible para la maltrecha economía del momento (el proyecto ya triplicaba el presupuesto inicial de 2004).
El gobierno del Partido Popular, a pesar de las dificultades presupuestarias y de la desastrosa situación que se encuentra, apuesta por la viabilidad del plan de vías; salva de la quiebra a Gijón al Norte; transmite el suelo de propiedad estatal a la sociedad para su venta; realiza el derribo de la estación del Humedal; y, lo que es más importante, compromete 26 millones de euros para el proyecto en las tres próximas anualidades de los Presupuestos Generales del Estado.
Y en este punto estamos ahora, en el punto clave del plan de vías de Gijón. Ahora ya no es el momento de reproches, de intereses partidistas, de cálculos electorales o de absurdas excusas que impidan llegar a un acuerdo. Ahora es el momento de la altura de miras. El Ministerio de Fomento ha expresado su voluntad inequívoca de apostar por el plan de vías. Y en las últimas fechas las posturas se han acercado en todos los aspectos fundamentales del proyecto. Así que, como gijonés, espero que quienes paralizaron este proyecto durante casi 8 años, y que aún ostentan el gobierno del Principado, no continúen poniendo palos en las ruedas porque Gijón merece que se finalice este proyecto. Se nos debe.
