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Un apagón que es un símbolo

El neón que se ha apagado en la calle Ezcurdia es, sin duda, el símbolo del final de la noche gijonesa. De la noche golfa y de la no golfa. Los restaurantes abren de noche a título de inventario y no hay cafetería que vaya más allá de la medianoche. Ya no hay tertulias, y no digamos terrazas. El vídeo acabó con la noche, sentenciaba un tradicional noctámbulo gijonés. La noche, como espacio y tiempo de diversión, se refugia en los fines de semana. La noche se ha ido desde mucho antes de la crisis y se han ido auténticos negociazos que entraron en pérdidas inesperadas no hace tanto. El neón que se ha apagado en la calle Ezcurdia es el símbolo del final de una época que conoció largas e intensas noches, con personajes ahora inexistentes y con idas y venidas que ya nadie repetirá. Ya no quedan escenarios, ya no quedan personajes y hasta ya no queda el humor, que se ha ido entre los dedos de una sociedad que no da marcha atrás.

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