La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Si fuera senegalés...

Tomando un culín en territorio comanche la pareja de la mesa de al lado (él setentón con pinta de cateto y ella cincuentona y poco agraciada) requirió los servicios de un mazu senegalés de 1,80; la chica, que lo fue en su día, ante el gozo del tolón consorte o eventual, comenzó a probarse pulseras y brazaletes de latón o de alpaca compulsivamente; en estas el añoso baboso va y le pregunta al corpulento vendedor cuánto cuestan. "Hoy no vendí nada, así que con quince euros me vale, amigo". Corto (porque sí lo era) pero no perezoso el patán sacó la calderilla y le dijo, tras contarla, "confórmate con 5,50". El joven de piel de ébano esbozó una sardónica sonrisa, con mimo le quitó los abalorios a la insulsa dama y sobrarse venganza se fue a otras mesa con la esperanza de que el hijo p. de turno ya le había tocado en suerte. Por cierto y para acabar, según se marchó el hercúleo ambulante, el vomitivo parroquiano con sonrisa pa dale hostias sin parar pidió, en sitio equivocado, una centolla.

P.D.: Si llego a ser el senegalés o saber artes marciales, a pesar de que jamás me pegué con nadie, lu dejo irreconocible. ¡Bardales, contén mi ira!

Compartir el artículo

stats