Leo, con satisfacción y nostalgia, la excelente noticia para la música y folklore asturianos, que publica LA NUEVA ESPAÑA y cuyos protagonistas son un discípulo y un compañero-maestro. Estoy hablando de Carlos José Martínez y de Mateo Bullón Pérez. Dedicar una tesis doctoral para reivindicar y sacar del olvido un maestro y la música tradicional asturiana sólo lo podía llevarlo a cabo un músico de vocación y agradecido como es Carlos José Martínez, a quien tuve como discípulo en la Universidad Laboral, cuando regida por los PP. Jesuitas, era uno de los centros de educación con más prestigio de España tanto en la FP como en Bachillerato, con un proyecto educativo integral y nada excluyente basado en el humanismo cristiano y al servicio de los hijos de los trabadores, muchos de los cuales retornan a su querida "Uni" con ilusión y agradecimiento.
Cuando traté en el aula a Carlos José y canté con él en el coro de alumnos y profesores de la "Uni" que dirigía el maestro Bullón, descubrí un futuro artista en potencia que hoy es una realidad. La Filosofía perdió un alumno que ganó la Música. Pero dedicarse después de tanto tiempo y paciencia como requiere la actividad musical, a la investigación para defender una tesis doctoral con éxito y así honrar a su maestro, es algo que exige un reconocimiento público tanto a Carlos José Martínez como al maestro Mateo Buyón Pérez. Los que lo tuvimos como compañero y maestro estamos de acuerdo con la descripción que de él hace el flamante doctor: un artista como un catedral, en sentido más primigenio de la palabra, pues Mateo Bullón fue un organista y un director de musical coral religiosa excepcional y un gran conocedor de la música tradicional asturiana. La tesis de Carlos José Martínez, "Mateo Bullón Pérez. Estudio y edición su obra coral" supone una honra muy grande para el investigador y para el investigado. Enhorabuena, Carlos José.
