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Tormenta de ideas | Psicóloga

Bienvenida, Max Chang

La generosa aportación económica del creador de Facebook a los más desfavorecidos

Una no está acostumbrada. Por eso, cuando oigo y veo la noticia me quedo atónita. Una buena noticia entre tanta pena, entre tanta miseria. Bienvenida, Max Chang. Bienvenida a este mundo que gracias a tus padres puede ser un poquito mejor. Esos brazos que te acogen, pequeña, con esa mirada tan tierna de esos padres que te han dado lo mejor que te pueden dar, la vida, son capaces también de preocuparse de esos otros regazos inertes que no tienen nada que dar a sus hijos, que ven cómo se mueren de hambre, a pesar de que sus ojos los miren con la misma dulzura con la que vosotros miráis a vuestra pequeña. Es no solo una imagen maravillosa, aún reciente en mi retina de hace solo 5 meses, de unos jóvenes padres con su hija, absolutamente entregados, sino de unos padres que han pensado más en los demás que en ser cada vez más y más ricos. Esta red social, Facebook, que tantos y tantos disgustos da a padres que desconocen la existencia de controles y no están al día con sus hijos en las nuevas tecnologías, va a dar la vida a mucha gente. Porque su dueño ha decidido que quiere un mundo mejor para esa niña, para su hija. Y qué mejor que con su ejemplo. Cuando esta niña crezca sabrá que sus padres renunciaron al 99% de su fortuna para poder hacer algo más que hacerse fotos en una aldea... Se calculan unos 42.000 millones de euros, prácticamente la totalidad de su fortuna. Inmensa, claro. Existen otros filántropos como Bill Gates que sigue donando y creando organizaciones benéficas, pero es que tú, Mark, todavía eres un niño que no debería tener la maravillosa capacidad de ser tan generoso, porque te has desprendido de prácticamente todo. Y pienso en tantos otros que tienen más que tú y no solo no donan, sino que tratan de hacerse cada vez más ricos, sabiendo como saben que no lo podrán gastar en varias generaciones. Por eso me has emocionado, Mark Zuckerberg, porque desde tus 31 años, casi sin empezar a vivir, escribes en tu red social unas palabras proféticas y en mi opinión sabias: "Tenemos que pensar en inversiones para los próximos 25, 50 y 100 años. Los grandes retos piden horizontes largos".

"El pensamiento a corto plazo no permite resolver lo que de verdad importa". ¿Sabes, Mark? Yo, por primera vez en mi vida, también pienso en esos años, porque yo no estaré, pero ella sí, y quiero no solo para ella, sino para todos los niños del mundo, un techo, una comida, y sobre todo mucho amor, ese que con vuestro maravilloso ejemplo ya le estáis dando a esa niña. Es afortunada. No solo por todo lo que tendrá, que será mucho, sino porque sabrá que hay necesidades acuciantes que se mitigarían si las grandes fortunas hicieran lo que hará su padre y ella seguirá vuestro ejemplo, porque en esto entiendo un poco... Es así como se educa, con el ejemplo. Ella se sentirá orgullosa de vosotros, de ti. Sabrá que él, su padre, es un joven genio, está claro, pero es un genio que concede deseos, de los de los cuentos. De los que pensábamos que ya no existían. Y ya ven... Los cuentos y la magia existen, la bondad también, existen los sueños y los milagros. Solo hay que tener 30 años, una mente privilegiada, una hija que remueve hasta las tripas y un corazón enorme. Gracias.

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