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Esperanza portuguesa

Pérez Tapias, que ni se amilana ni se detiene, constata - la falta de atributos socialistas en su partido

En la tarde del último jueves de noviembre coincidieron en Gijón dos intervenciones bien distintas.

El profesor Pérez Tapias intervino en el salón de la Biblioteca Pública, invitado por la Asociación "Gijón Socialista", para honrar el establecimiento del colectivo y reflexionar sobre Socialismo y República a raíz de su último libro, "Por Un Socialismo Republicano".

El historiador avilesino, viajero cada día a Gijón, Juan Carlos De La Madrid ponía en escena en la Sala de la "Tribuna de La Nueva España", una desenfada y genial revisión del vicio nacional, el teatrillo de varietés, donde colosales señoras y atléticos y barbados señores, cantaban, bailaban y jugaban al dominó.

Uno podría creer que nuestros políticos y políticas actuales formaban corro en las varietés del historiador, periferias de la ingravidez del ser, donde se come, disfruta y juega, pero no se piensa; políticos de aspecto aniñado, festivo y jocundo que igual riñen y pelean entre sí, que juegan a "las cuatro esquinas" o al "chorro morro", donde es más íntimo el contacto y más bruto el golpe al caer.

Pero tras escuchar al profesor Tapias, comprende uno que se equivoca. No todo son barbitas de nigromantes; ni todos lucen camisas impolutas y arremangas de jóvenes, a lo "joven estudiante" que ha dejado fuera del aula a su profesor.

Al cabo de pocas fechas, en un simple juego de tresillo televisado, quedó claro que los tres jóvenes estudiantes del cuento habían suplantado a los auténticos profesores, pero no al profesor Tapias, cuyas palabras y reflexiones, como la del resto de profesores ungidos con la sabiduría del "pro común", siguen siendo necesarias.

Tapias es profesor y político, no es joven, ni "marianito collejas"; él, sabe reflexionar con prudencia y mesura sobre la "res pública" y la historia. Hasta se atrevió con la historia de su partido, desde sus orígenes hasta, sin citarla, el momento actual, en el que a los astures se no apareció Adriana Lastra, como candidata Socio-Astur, ante cuya popularidad Pedro Sánchez y la historia, se detienen, y tras la que marchan a la urna siderúrgicos, mineros, labradores, marineros y profesores...

Pero Tapias, que ni se amilana, lastra, ni detiene, reflexiona en alta voz sobre la necesidad de cubrir el esqueleto roto que dejó el oportunismo gonzalfelipista y la erótica desnudez del bello Sánchez, con una buena capa, lana pura, de "civismo" tricolor. Tricolor republicana.

La supercificialidad política que practican hoy los líderes, centralista y periféricos, -quizá con la sana intención de evitar que cientos de huesos rotos de sus conmilitones queden abandonados tras la batalla por las oficinas políticas de la nación, queden sin nuevas oportunidades personales-, no impide a las respectivas "hinchadas" el entender, como entiende la del Sporting, que por mucha bendición que prodigue Fueyo, o alabanzas los amigos del poder, partidos y el club anden muy cerca de la banca Rita? incluso aunque oren a la santa de lo que se da no se quita, que el voto varía?

Tapias constata la falta de atributos socialistas en su partido; denuncia la contumacia del PP en retroceder en todos los sentidos, ¡el partido que más recula!, hasta retomar posiciones propias de los momentos fundacionales del don Manolo con Cascos, ¡rey del salmón y de la calle!; no tiemblan las gaviotas ante la pobreza que va engullendo generaciones; y Tapias constata la falta de respuestas de la Izquierda política y social ante tanta ignominia...

Y ante la decadencia escandalosa de los partidos socialistas de la vieja Internacional, incapaces de superar viejos nacionalismos, citó como esperanza al inglés Jeremy Corbyn, que ni es joven, ni es guapo, ni se arremanga la camisa para demostrar, como los cocineros de tres estrellas y los políticos en tiempo de elecciones, que está de faena.

Ni Tapias, ni Corbyn lucen más estrellas que su formación y su historia, que son las estrellas que guían a los amigos de la libertad, la igualdad y la justicia.

Yo, puesto a tricolorear mi entorno miro a la República Ibérica vecina, que nos "precedió en democracia" en Abril del 74, y a la que los "servicios" segaron con el general Eanes, las flores del jardín de aquella Grândola, -vila morena en feliz primavera-, el 5 de diciembre de 1.975, hace 40 años, poco después de que hubieran desactivado con "exaltación" al trono incluida, las bombonas "carrillo", entre los leones de la Carrera de San Jerónimo, el anterior 22 de noviembre.

Pero en este 5 de diciembre, 40 años después, amanece la República vecina con un gobierno tripartito de izquierdas. Las Tres Izquierdas Unidas, el viejo socialismo, el firme comunismo luso y la emergente izquierda marxista, con el fin de contener la desfloración económica, política y moral a la que sus derechas nacionales desde el 5 de diciembre de 1.975 han sometido al vecino país que, otra vez, nos está señalando el camino inmediato a seguir, si, después del próximo 20, es posible sumar tripartito bastante para escapar de gaviotas y naranjas y, a medio plazo, y entre unos y otros, ver si pudiéramos diseñar con amor y cuidado el tránsito de la flor de lis, la barretina y el dominó a la República Federal de los Pueblos Ibéricos?

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