Cuando me encontraba reflexionando sobre la realidad política actual a fin de encontrar las palabras justas para explicar en la campaña lo que somos los socialistas y lo que queremos para todos, me llega la noticia: la muerte del compañero Marcelo García.
Mis ideas se embarullan y se me agolpan los recuerdos.
¿Cómo explicar, querido Marcelo, lo que fue nuestra lucha por la libertad? ¿Cómo describir el riesgo de aquellos años? ¿Podré hacer alguna mella en la conciencia de los jóvenes que me escucharán estos días si les explico lo que tu, Marcelo, junto a tantos otros, hacías recorriendo las cuencas, abriendo a la verdad a los corazones que vivían adormecidos por un régimen opresor? Estos días, Marcelo, les hablaré de ti y de lo que representas en tu enconado combate por la igualdad y en los últimos tiempos por concienciar a todos del peligro de destrucción del hábitat humano. Les contaré lo que aprendí de ti, un trabajador responsable, insobornablemente fiel a tus convicciones socialistas. Tus discusiones, tus interminables debates (no los del marketing de ahora) acerca de la estrategia para favorecer la justicia y la igualdad entre los seres humanos.
Espero Marcelo que tu historia tenga para los que me oigan la fuerza incontenible de la verdad humana y que tu ejemplo de vida austera y comprometida sea una lección que despierte el compromiso con los desheredados, golpeados por un sistema de distribución de la riqueza que premia a los que tienen todo y castiga a los que carecen de casi todo.
Gracias, Marcelo, por tu vida de entrega a los demás. Adiós querido compañero, hasta siempre.
