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De Festival Internacional de Cine a "sarao"

Sin repercusión y sin vida, el que era un certamen de referencia en España se ha empequeñecido

El plano secuencia que ha filmado el equipo de Foro Asturias en estos últimos cuatro años ha dejado un Festival Internacional de Cine de Xixón (FICX) fundido a negro, sin repercusión, sin vida, sin proyección internacional. Vacío.

El plano corto del FICX muestra más problemas aún. Un desfase presupuestario de más de 400.000 euros, gastos abonados al señor Carballo, a mayores de su salario de directivo, cuyo único retorno es hacerle acreedor de una galería de Instagram envidiable y una progresiva pérdida de calidad en las películas proyectadas que auguran un futuro de serie B para un festival que se había posicionado en el panorama internacional en la categoría del rigor, la seriedad, la calidad y el respeto.

Si algo caracterizaba al FICX era su identidad propia. Una identidad basada en la investigación de nuevos valores cinematográficos. Una sección oficial por la que pasaron directores de la talla del austriaco Ulrich Seidl, el sueco Lukas Moodysson, el iraní Bahman Ghobadi o el argentino Lisandro Alonso, cuando aún eran talentos por descubrir y que, tras su paso por Gijón, se legitimaban en festivales del circuito europeo de la talla de Cannes, Venecia, Locarno o Rotterdam.

El FICX era reconocido y respetado por investigar, por rastrear, por trabajar duro para que, cada mes de noviembre, Gijón fuese cita ineludible en el calendario de los cinéfilos más irreverentes y de quienes querían acercarse a este mundo con la certeza de que la referencia de este festival era garantía de cine independiente de calidad.

Pero eran otros tiempos. Tiempos en los que la cultura tenía peso específico en esta ciudad. Tenía su espacio, se la respetaba. En 2011 Foro Asturias, encabezado por el señor Alvarez Cascos y su alcaldesa, la señora Moriyón, arrancaron la apisonadora que la derecha tiene siempre a punto, para hacer de la cultura, un simple "sarao". Y arrasaron. Arrasaron primero con un director que se había ganado el respeto profesional y que había posicionado a Gijón entre los festivales de más calidad del panorama nacional e internacional, con unas burdas formas dignas de aquellos que sólo deseaban gobernar para destruir. A Jose Luis Cienfuegos le sustituyó el señor Carballo, que no se anduvo a la zaga de sus mentores en lo que a burdas formas se refiere. Y entre todos ellos consiguieron convertir al FICX en lo que es hoy, un evento de entretenimiento mediocre, en el que la personalidad propia, la coherencia, la investigación y el talento han sido sustituidos por rancias alfombras rojas y photocalls, por pantallas y cocktails. Y sonrisas. Muchas sonrisas. Marca Foro. Sonreir para destruir.

Ese aire gris que intuíamos quienes por aquel 2011 temíamos que la cultura tuviera sus días contados en nuestra ciudad, es hoy una aplastante e insoportable realidad que tiene en el FICX tan sólo la punta de lanza de lo que la señora Carmen Moriyón y su equipo están haciendo con Gijón. Cada día que pasa se cercenan más los pilares de un modelo de ciudad que se aleja inexorablemente de lo que Gijón era. Somos espectáculo, banalidad pura, cortoplacismo barato. Marca Foro.

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