La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Crítica

Mirando al mar

Una colectiva con distintos trabajos marinos sirve para celebrar los diez años de Bruno Trelles

Para celebrar los diez años que lleva al frente de su taller de enmarcación y venta de obra gráfica, Bruno Trelles ha organizado una exposición colectiva que se titula "Mirando al mar". Son ocho los autores que concurren, con un total de quince obras.

Abre la serie Nicanor Piñole (1878-1978) con su obra "Punta de Lequerica", donde una serie de hombres comentan sobre el mar, unos vestidos de pescadores, que llevan la voz cantante, y otros de civiles corrientes y molientes, menos interesados. Los pescadores en ropa de faena, con sus botas de goma, pantalones y chaquetas impermeables. Es una de las obras más interesantes de Nicanor Piñole en esta temática, comparable a "Estibadores", "La hija del patrón", "La rula" o "Marineros en el puerto de Gijón".

Digamos que el dique, antepuerto o muelle de abrigo de Santa Catalina fue construido entre 1858 y 1864, a partir de la llegada del carbón al puerto de Gijón desde 1857 a través del ferrocarril de Langreo. Costó 6 millones de reales de vellón, pagados a medias entre el Estado y el Ayuntamiento de la ciudad. Tal colaboración fue lograda cuando la reina Isabel II visitó Gijón en 1858. Este muelle lleva también el nombre de Francisco Lequerica, que fue mero garante o fiador de que los dos canteros vascos que se encargaron de tallar los bloques de piedra procedentes de canteras de Roces y Contrueces, pagaran a los transportistas locales que se los suministraban.

Van luego las obras de Reyes Díaz (Gijón, 1948) y Melquíades Álvarez. La de Reyes tiene un sabor al romántico alemán Caspar David Friedrich, pero con un aire nada dramático, un acantilado en V amable y de lindos colores. Las tres piezas de Melquíades Álvarez (Gijón, 1958), con partes en madera tallada y recortada, celebran también el mar con entusiasmo exento de peligro. Ambos a dos titulan sus obras "Mar de verano", tal vez en homenaje secreto a la obra de Julián Ayesta Prendes (Gijón, 1909-1996) "Helena o el mar del verano", que nació y murió en su casa de Somió.

La pieza de Teté Vargas Machuca (Málaga, 1949), habitual colaboradora de Bruno Trelles, al óleo sobre tabla, se titula "Mare Nostrum", que así llamaban los romanos al Mediterráneo. Una chica con grandes gafas que reflejan el mar, rodeada su cabeza rubia de azul celeste.

A técnica mixta sobre papel pegado a tabla va la obra de Miguel Galano (Tapia de Casariego, 1956), titulada "Tan a os chipiróis". Se ven, entre la atmósfera de niebla que caracteriza al pintor tapiego, varias barcas faenando en busca de chipirones.

Por su parte, Paco Fernández (San Juan de la Arena, 1950) ofrece dos obras al acrílico sobre tabla, donde combina a su espléndida manera luz y color, al borde de la abstracción.

Del todo abstracta es la serie de tres marinas sin título de Vicente Pastor (Luarca, 1956), realizadas con arena de sílice y pigmentos sobre lienzo. Una abstracción cuya magia reside en la línea y las relaciones de color que establece entre las superficies que delimita. Hay que mirarlas y volverlas a mirar para entrar en ellas, como sucede con las obras de Eduardo Chillida, por ejemplo las que se ven por calles del País Vasco dedicadas a servir de logotipos identitarios de empresas e instituciones.

También abstracta es la serie de tres obras sobre el mar, a técnica mixta sobre lienzo, de Maite Centol (Logroño, 1963), artista que vive en Gijón y lleva muchos años afincada en Asturias. Aquí se combinan las tramas horizontales y las verticales, las horizontales de la arena en varias fases de secado y las verticales del mar que a ritmo más vivo parecen subir hasta el cielo. Paisaje de mar y playa lleno de emociones, casi místico, sin línea del horizonte que imponga límites.

Total, que de los ocho artistas presentes, todos están vivos y jóvenes, menos uno de ellos. Y todos son asturianos, menos la malagueña María José Vargas Machuca. Todo lo cual augura éxito en esta exposición navideña de Bruno Trelles.

Compartir el artículo

stats