El viernes pasado, María Aurora Vigil-Escalera celebró el primer aniversario de su nueva sala de exposiciones, situada en Capua 21, por medio de una gran muestra en la que logró reunir obras de buena parte de sus artistas más sobresalientes; los mismos que ocupan los museos de arte moderno de medio mundo. Era un placer verla reinar con su propia belleza en medio de la pléyade de pintores y escultores que acudieron a la cita. Veintiocho piezas completan el acontecimiento, tan inteligentemente distribuidas que cada una de ellas parece ser la estrella principal de la colección. La serie lleva el título de "30+1", en referencia a la propia carrera profesional de la galerista, ya que las nuevas instalaciones son una continuidad de los treinta años vividos en Van Dyck.
Nombres tan consagrados como Chillida, Luis Feito, Antonio Suárez, Rafael Canogar, Herminio, Gordillo, o Rubio Camín, se dan la mano con jóvenes valores que aspiran a ocupar el mismo espacio de gloria por medio de unos trabajos que ya llevan el sello de la excelencia. Así hemos descubierto el arte de Rafa Macarrón, Samuel Salcedo, Juan Ugalde, Isabel Muñoz, David Morago, Javier Torices, o David Rodríguez Caballero. Cada uno de ellos en su estilo seguro y definido, pero que al fin y al cabo son los nuevos elegidos para ocupar un espacio en el firmamento del arte contemporáneo.
Sorprendentes las perspectivas de Gorka García, con sus desolaciones y sus abandonos, la grandilocuencia de los óxidos de Mariano Matarranz, las memorias infantiles de Rafa Macarrón, las audacias de color de Santiago Picatoste, o los bellísimos mares de Javier Torices. Una selección que enriquecida con la presencia de los mayores, ha conseguido un nivel de irresistible atractivo para los coleccionistas o aquellas personas que deseen iniciarse en los valores del arte. Enhorabuena a María Aurora Vigil-Escalera por su agudo criterio y sus 31 años de experiencia.
