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Profesor de Geografía e Historia

Retraso en 2015

Asturias, en la cola de la recuperación económica española

Las estadísticas nos informan que Asturias es la comunidad española donde más ha bajado el PIB (-13'2%) entre 2008 y 2013, la que más población ha perdido y la que cuenta con un menor índice de población activa, en edad y condición de tener trabajo retribuido. La población activa es la suma de la población ocupada más la población desempleada. Con relación al índice 100 nacional, la renta per cápita (riqueza anual media por persona) de Asturias ha bajado de 92 a 88, mientras Madrid ha pasado de 132 a 137. ¿De qué nos sirve tener en Asturias más impuestos, mejor sanidad o infraestructuras? En Madrid la esperanza de vida o edad media al morir es 2 años superior a la asturiana y 4 años superior a la andaluza. Se habla de políticas sociales, en la cuestión de la renta o subsidio universal garantizado a cambio de nada, con ser quizás necesaria en determinados casos muy graves o urgentes puede conllevar un significado contraproducente y perverso, consistiría desde el punto de vista económico en castigar a quienes trabajan o son eficientes, vía mayor carga de impuestos, y premiar a quienes no trabajan o son ineficientes, vía tienes un sueldo aunque que no produzcas o contribuyas en nada. Si analizamos en cambio un complemento salarial, ya partimos de la base de ser una prestación a cambio de un trabajo, que debe ser retribuido y contribuir al crecimiento económico global. La mejor política social es una política económica eficaz para crear empleo productivo y, por tanto, mayores ingresos y prosperidad general.

Se dice que el envejecimiento asturiano es el principal lastre para que la economía regional crezca, pero el influjo puede ser complementario, el escaso crecimiento económico agudiza a su vez el envejecimiento, al frenar la llegada de inmigrantes en edad de trabajar con relación a Madrid o la costa mediterránea, y empujar a los jóvenes asturianos a buscarse su futuro en otras regiones. ¿Cómo romper entonces este círculo vicioso? Plantear rentas universales tiene dos inconvenientes, uno su carácter indiscriminado y otro su elevadísimo coste. Algunos plantean: como soy progresista quiero por ley un salario mínimo de 1.000 euros mensuales (¿y por qué no 1.100 o 900?); y pues en efecto 650 euros mensuales es una cantidad escasa, podría venir otro y plantear: yo soy más progresista todavía, mejor aún un salario mínimo obligatorio de 1.500 euros al mes, pero la cuestión es: ¿quién lo paga, y a cambio de qué? ¿Y si con ello impedimos que se contrate o mandamos al paro a gente que podría estar ganando 800 o 900 euros al mes? Es un hecho comprobado que las naciones que tienen un mercado laboral más flexible suelen padecer un índice de desempleo mucho más bajo. Se trata de favorecer la contratación y la generación de riqueza. Una renta universal de 500 euros mensuales para 50.000 personas costaría 300 millones de euros: ¿de dónde salen? ¿Qué producen? Sería como echar cubos en un pozo sin fondo, siempre nos pedirían echar más y el riego no daría fruto como se escapa el agua de entre las manos.

El plantear en cambio en Asturias un complemento salarial vinculado a la natalidad o la productividad tendría una ventaja doble. Por una parte sería financiable al concretarse una cuantía asumible. Si hablamos por ejemplo de 2.400 euros anuales para casi 10.000 perceptores sumarían unos 20 millones de euros, menos de un 0'5% respecto a los 4.100 millones del presupuesto regional anual. Contando con sus familiares, los beneficiados podrían ser 30 ó 40.000 personas. Hablaríamos para rentas bajas, por ejemplo inferiores a 900 euros de sueldo, de un complemento salarial de 100 euros mensuales por hijo y otros 100 euros por productividad, con lo que incentivamos la eficiencia. Al vincularlo a la rentabilidad de los servicios públicos o los beneficios empresariales estamos impulsando también un mayor crecimiento económico y, con ello, del empleo y la prosperidad general. Los subsidios y las pensiones, crecientes con una esperanza de vida cada vez mayor en las sociedades occidentales desarrolladas, tienen su función esencial, pero deben ser financiados por una economía próspera, pretender al revés que los subsidios y las pensiones tiren del crecimiento económico es como poner el carro delante de los bueyes. E infantil la subasta a ver quien promete jubilaciones más tempranas, cuando el sistema actual es deficitario. Ello no es progresista, sino absurdo. La cuestión es cuántos años de cotizaciones laborales hacen sostenible el cobro de las pensiones. El populismo es demagogia para hoy y escasez para mañana. Feliz año nuevo.

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