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Crítica / Arte

Luis Acosta, entre dos aguas

La obra de un artista a caballo entre el Cantábrico gijonés y el Tajo toledano

Si nos atenemos a lo representado, podríamos decir que Luis Acosta se mueve entre las aguas del Tajo y las del Cantábrico en Gijón, o entre arquitecturas y mapas. Si nos atenemos al soporte, las dos aguas son entre tableros de madera aglomerada de densidad media (DM) para los mapas y el lino para los cuadros. Y si nos fijamos en la manera de pintar, Luis Acosta se mueve entre las aguas del dibujo y la mancha, el grafito y el acrílico, el azar del brochazo gestual y la necesidad de orden y firmeza en la arquitectura.

Luis Garrido Acosta nació en Mijares (Ávila, 1982) aunque pasó infancia y adolescencia en Gijón. Ahora vive en Toledo desde mediados de los años 80 del pasado siglo. Siendo un adolescente de 15 años, Luis Acosta, que firma como LA en la parte inferior izquierda de su obras, recibió clases de Carlos Roces Felgueroso en la Agrupación Gijonesa de Bellas Artes, instalada entonces en los pisos altos del Antiguo Instituto. Y luego en la academia del pintor gijonés. Cuenta Carlos (Carlinos para los amigos) que Luis Acosta aprendió enseguida a pintar objetos blancos sobre fondo blanco, difícil ejercicio presente en todas las academias que obliga a graduar luces y sombras para formar volúmenes, marcar planos y distancias. También Luis Acosta mantiene ahora una academia de pintura en Toledo, donde aplica a sus alumnos su propio proceso de aprendizaje en Gijón.

Expone Luis Acosta en Gema Llamazares 19 obras, 8 arriba y 11 abajo del llamado espacio 1. Arriba dos mapas de Asturias en DM, uno en tonos azules y otro en verdes, separados por "Flora asturiana" a grafito, óleo y acrílico. Va también el "Puente sobre el río Piles" y cuatro escaleras del muro de San Lorenzo, vistas desde el mar, la 1, la Escalerona, la 6 y la 18. Obras que actúan de gancho y atractivo para los visitantes, pues se trata de Gijón. Abajo tenemos arquitecturas de Toledo, como la Catedral y la casa del Greco. Aunque también hay representaciones del Palacio de Cnosos (Creta), mapas en DM, las casas colgadas de Cuenca y un par de postales de Petra.

En cuanto a su modo de pintar, digamos que Luis Acuña ha practicado tanto la figuración como la abstracción. Sus arquitecturas se apoyan en un dibujo atento y de gran solidez, al que añade manchas, brochazos gestuales, goteos y un elemento muy singular que le distingue y caracteriza: las mallas geométricas en grafito que vertebran sus dibujos. Estas mallas geométricas tienen una larga historia, desde su comienzo en la serie "Trayectos" (2001-2006), donde atravesaban el cuadro en todas direcciones, superponiéndose a planos y vistas de ciudades, hasta ir concentrándose en rectángulos, cuadrados o círculos en la serie "Mapas y construcciones" (2006-2008), donde anduvo interpretando el Guggenheim de Nueva York, el MEIAC de Badajoz, el Patio Herreriano de Valladolid, el MUSAC de León o edificios tan notables como Notre Dame du Haut, de Le Corbusier, o la Bauhaus de Dessau, de Walter Gropius. Tales tramas geométricas se han ido haciendo cada vez más pequeñas y centradas en cuadrados y círculos. Fíjese el visitante cómo todas las obras sobre Gijón de la exposición "Entre dos aguas" van con círculos, mientras que en la sala baja, obras anteriores van con cuadrados.

Fue muy alabado Luis Acosta por la crítica madrileña por sus series como "Portones" (1981-84), "Barcas" (1985-86), "Ventanas" (1991) y "Arcos" (1991-93). Pero como le sucedió a Rubio Camín, llegó a cansar de la pintura y se puso a hacer abstracción arquitectónica en madera contrachapada, como pudimos ver en la muestra que le dedicó la Galería Espacio Líquido el año 2001. Ahora confiesa a Luis Argüelles: "Volví a ser pintor figurativo por la arquitectura" (Entrevista. LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, 23 de diciembre de 2015). Esta vuelta está ligada a Gijón, pues su primera incursión figurativa fue la serie "Pérgolas y Perlora" (1994-97). En el verano del 2010, Luis Acosta expuso una retrospectiva de cien obras en el Museo Antiguo Convento de la Merced de Ciudad Real, bajo el título de "Arquitectura pintada". Le escribió un acertado estudio su amigo Javier Barón Thaidigsmann, primero profesor en la Universidad de Oviedo y luego conservador del Museo del Prado y jefe del Departamento de Pintura del siglo XIX.

En la anterior muestra en Gema Llamazares, marzo del 2012, titulada "Postcard" (tarjeta postal), Luis Acosta ya había introducido en su pintura los azares del viaje, las fotos que se llevan los turistas, incluso las tarjetas postales que envían a sus amigos de los lugares que visitan. Allí había cuatro edificios del prerrománico asturiano, una pérgola del Muro de San Lorenzo y la Estación ALSA de Gijón, además de la Casa Kaufman o Casa de la Cascada, de Frank Lloyd Wright, y el Pabellón alemán de Mies Van der Rohe en la Barcelona de 1929. Esta muestra de 2015-16 tal vez dará por terminada la serie de arquitecturas pintadas, pues Luis Acosta posee suficiente bagaje como para iniciar nuevos caminos.

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