La última cita sobre Tierno Galván que recuerdo haber leído, la encontré en la obra del profesor Fernando Gómez de Liaño, salmantino, catedrático que fue en Oviedo y vecino de Gijón, titulada "Casos y Cosas del Derecho; Crónicas de un tiempo". En una de sus páginas, el "procesalista" evoca el choque que a sus "tiernos" 18 años (1958) le produjo el encuentro con el magisterio del profesor Tierno en su cátedra de Derecho Político: "Produjo en mí la impronta de universitario, y la sensación de estar en un nuevo estadio de mi formación". Y el luego catedrático recuerda que acudía al Colegio Mayor San Bartolomé, donde Tierno mantenía tertulia nocturna, en lugar de acudir a otras llamadas que incluso hubieran podido ser más "tiernas"...
Tierno, terno gris, chaqueta cruzada, camisa blanca, corbata azul o gris, ejerció para algunos durante la larga noche de las tinieblas franquistas como bocina de advertencia y faro guía.
Fue testigo de los 40 años de niebla y sangre, que comenzaron con la del ovetense Arturo Alvarez Buylla, Alto Comisario en Marruecos, el día 17 de julio del 36, y terminaron con las de Humberto Baena, Sánchez Bravo, García Sanz, Paredes Manot y Ángel Otaegui en Madrid, Barcelona y Burgos, el 27 de setiembre de 1975, cuando el Dictador ya había recibido del creador su aviso de muerte.
Tierno frágil, con la vista más frágil aún, se empeñó en ejercer de bocina y faro... y avisó, alumbró, expuso, escribió, enseñó, resistió y desafió, medió y concordó, casi durante dos tercios de su vida.
Nunca dio patadas a la puerta del poder del laberinto. Le gustó "aldabonearla", avisando que estábamos allí, como dijo e hizo antes Manuel Azaña con sus actos y sus discursos a campo abierto?
Y busca buscando, el profesor del terno gris creyó encontrar una posible salida al laberinto español atando el hilo de Ariadna a la figura, que en mil novecientos cincuenta y pico, representaba el entonces "forzadamente" liberal y dialogante don Juan de Borbón. Y pensó en la corona como salida del laberinto, no como fin ni, mucho menos, como remedio de los males del laberinto. Que el remedio solo está en manos del hombre y la mujer libres; en las de ciudadanos y ciudadanas honrados/as, marchando a una con sus pares tras los tres pendones Igualdad, Libertad y Fraternidad solidaria.
Se resistió, como hoy se resiste la vieja Hispania "acaudillada", "católica" y "curial", la de las cruces y dalmáticas, de que habló Manuel Azaña en "El Sitio" de Bilbao. La misma España centraliega, intransigente y onésima que hoy descansa, cada día más inquieta, y se nota, entre los algodones y los millones evaporados del partido de las corrupciones y su gabinete en funciones.
Desde el dolor del fracaso político de su partido a la gloria de su alcaldía, Tierno pasó por la vida política sufriendo necesidades, incluso económicas, hasta convertirse en el ser y la palabra, el pensamiento y la alegría, de la villa coronada... Y de Madrid, como dice la canción, al cielo. Hoy en la capital, "sus amigos de siempre" le recordarán como profesor, fundador y Alcalde, que hizo del Madrid apagado y franquista, capital alegre y movida, moderna y europea.
"Yo le embromaba imaginándolo preocupado por el horario de carga y descarga de camiones", recordaba a su muerte Lázaro Carreter, -su "lazarillo"-. Se pueden hacer más cosas", me decía". Por hacer más, fundó su alcaldía en el sueño y la utopía.
Sueño y utopía de un socialismo de izquierda, o de una izquierda socialista, que se desveló y vio desvanecer enseguida, en mayo de 1979 junto a los de Gómez Llorente y tantos otros, cuyos ideales no ocultaron bajo ningún peluquín...
Madrid le lloró, hace treinta años, como a quien le dio nuevo ser. Hoy, treinta años después, cuando la capital aún sigue mal herida y frustrada por el vicio de la botella, de cuyo "popular extravío" la alcaldesa Carmena tiene "esperanza" de quitarla, puede volver a Madrid la luz "tierna" de su repetida aspiración a la unidad de toda la izquierda.
Es posible esperar que la izquierda ya mayor y acomodada, contra la que él luchó fuera y dentro del PSOE, salga pronto de su acomodo y tome, si el valor o la compañía no le fallan, el morral y la bota para recorrer el camino hacia el gobierno honrado y transformador de la izquierda peregrina?
Muchos ojos están pendientes, no pocos corazones se levantan y laten más acelerados?
Tierno, contra los excesos y la enajenación, advertía hace cuarenta años: "No nos damos cuenta de que cuando entramos en una activa discusión sobre muchos temas la idea ha sido lanzada desde arriba y no ha surgido necesariamente desde nuestra espontaneidad"...
Pueblo, antes del asalto, no sueñes; deja los instintos a un lado, razona, mece y descansa.