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Profesor de Geografía e Historia

Malas comunicaciones

Los problemas que plantea al ciudadano la deficiente situación de la red de cercanías

Asturias tiene los trenes más lentos del país y además operan un exceso de paradas en relación a su muy escaso número de viajeros en algunos de estos apeaderos. Es cierto que su relieve montañoso ha propiciado también unas líneas de vía estrecha (FEVE), y que nuestra región está en un proceso de retroceso demográfico intenso y grave, acaso matizable con la recuperación económica general y unas políticas autonómicas favorecedoras. Pero cuenta por otra parte con unos tendidos con cuya mejora se podría sacar mayor provecho. Un ejemplo de ello es la línea Gijón-Cudillero. Los datos son significativos en relación a dos consideraciones. Primero se trata de una línea turística por excelencia, la costera que enlaza núcleos poblados como Gijón y Avilés, y de atractivo playero. Segundo, si la actual línea ya llega hasta Santiago del Monte, ¿no se podría pensar en extenderla hasta el aeropuerto, a solo dos kilómetros? ¿Podría plantearse un falso túnel para cubrir el acceso por el valle, con o sin un pequeño tramo de nueva autovía en paralelo? Con ello acaso contribuiría a paliarse el problema de la aproximación de los aviones inmediata al aterrizaje, en condiciones de niebla, con la actual polémica sobre acortar la pista para mejorar la seguridad, pues para los altímetros elevaríamos "el suelo", donde ahora el valle les engaña haciendo creer a los radares que el avión está más alto para tomar tierra, y mataríamos dos pájaros de un tiro. Cabe señalar que la actual autovía desde Gijón rebasa el aeropuerto para luego retroceder a él.

Otra cuestión llamativa es que los horarios de los autobuses ALSA en el aeropuerto hacia Avilés, Gijón y Oviedo no están en función de los pasajeros. Así te encuentras volviendo un domingo 3 de enero, después de las vacaciones escolares de Nochebuena y Nochevieja, con que el vuelo de Sevilla a Asturias llega a las 22 horas, si llegas al andén a las 22.05 el autobús ya se ha ido y el siguiente sale a las 23.20. Se supone que el horario está puesto en función del vuelo que llega desde Madrid a las 22.55, pues el de Barcelona tiene prevista la llegada precisamente a las 23.20 y no da tiempo a cogerlo. Pero a veces los aviones llegan con unos minutos de retraso, y de cualquier manera entre desembarcar, recoger la maleta y llegar al andén enfrente de la puerta de la terminal lleva un cuarto de hora. Pues ese domingo mientras el letrero luminoso delante del andén anunciaba la llegada del vuelo de Madrid a las 23.15, el autobús a Gijón salía a las 23.20 con 2 pasajeros. ¿Merecía la pena el viaje? ¿Le sale rentable a la empresa? ¿Presta servicio a posibles usuarios? Me preguntaba después de esperar casi hora y media al siguiente autobús y volver así en él, si no sería más lógica y posible una cierta flexibilidad, para que el autobús penúltimo salga a las 22.15 y el autobús último salga a las 23.30, en caso de llegar el avión con diez o quince minutos de retraso, en vez de hacer el viaje para regresar vacío. El tema de la estación de autobuses de Gijón y la necesidad de una estación intermodal, plazos y presupuestos, dará para más artículos.

En Asturias y especialmente en Gijón se han gastado cientos de millones de euros en infraestructuras de rentabilidad nula o dudosa al menos a corto plazo. Hablamos del túnel del llamado "Metrotrén" de 3'5 kilómetros entre el Humedal y la plaza de toros del Bibio terminado en 2008 y sin uso actual ocho años después, de la ampliación del puerto del Musel infrautilizada, presupuestada en 560 millones de euros con unos sobrecostes del 40%, o de la regasificadora en el propio puerto con 380 millones de euros de coste, terminada en 2012 y sin inaugurar por la caída de la demanda. La idea era convertir El Musel en un nuevo polo energético, pero con la crisis económica y la caída de la demanda de doce centrales de ciclo combinado previstas en Asturias solo se han ejecutado dos. No parece sin embargo que el ampliar el tendido férreo en dos kilómetros desde Santiago del Monte hasta el aeropuerto, aun con un viaducto y un falso túnel, fuera una obra faraónica, y de cualquier manera con menos paradas y velocidad comercial mayor podría tener una rentabilidad satisfactoria desde el principio. Naturalmente la prioridad en materia de infraestructuras es la conexión del AVE en esta legislatura, inestabilidad política al margen, entre León y los túneles de la variante de Pajares, el primero de los cuales suponemos se inaugurará en 2017. Hay que ser cuidados en la buena gestión de los dineros públicos. Como el beneficio social puede ser discutible en este ámbito, el beneficio económico es objetivo. Los números cantan.

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