La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Tormenta de ideas

Querido Diego

Carta a otro niño acosado que buscó una mala salida a sus problemas

Querido Diego: Hemos leído tu carta y ¿sabes? me he sentido culpable, muy culpable. Espero de corazón que todos los que te han hecho daño se sientan peor que yo, que formo parte de esta sociedad que deja que niños como tú, con esa inocencia y ese alma hermosa, dejen esta vida mucho más oscura. Porque Diego, tú eras luz. Se ve en cada una de tus palabras, quizás por eso la oscuridad te engulló, te atrapó y no supiste ver la salida. Esa oscuridad está en ellos, cariño, en los que te acosaron y en los que lo vieron y callaron. Está en cada uno de los insultos, humillaciones, en todo lo malo que te hayan podido hacer. Pero está en nosotros, Diego, en todos.

¿Por qué no lo contaste claramente a tus padres? Porque tenías miedo, lo sé... porque no querías que fueran al cole, porque los profes podían decir que era mentira, que eran cosas de chicos, o quizás tus padres hablaran con los de los acosadores y fuera peor, porque entonces te llamarían chivato y todo sería infinitamente más doloroso. Porque cada día que te enfrentabas al colegio era una pesadilla y tú vivías dentro de ella, y querías despertar. Eres tan bueno, Diego, que no quisiste preocuparlos, pero esta no era la salida.

No te van a odiar, estate tranquilo, pero ¿sabes? Intenta desde el cielo que no se sientan culpables, porque se van a sentir así. Estarán pensando por qué no se dieron cuenta y Tata querría mil veces más estar sin trabajo pero tenerte a su lado... los abuelos te llorarán sin entender nada, porque en su época las cosas no eran así. Claro que siempre hubo acoso, matones y chulos que van de guay, de líderes a los que los cobardes siguen porque les temen. Pero ahora todo es más complicado. Porque están las redes, los teléfonos, porque la violencia cada vez es mayor. El cáncer siempre existió, pero ahora parece que hay factores ambientales que pueden desencadenarlo. Cuando alguien tiene un cáncer, Diego, se trata, pero sobretodo nos enseñan a prevenirlo, a detectarlo y tratarlo.

Este es el cáncer de nuestros centros y no hacemos nada. En tu cole, como en tantos, no os enseñan a prevenir el acoso, nadie incluye en el currículo la inteligencia emocional, ni mandan deberes y ejercicios de empatía, de justicia, de solidaridad, de tolerancia, qué va... eso queda para alguna que otra tutoría, y siempre muy por encima, que hay que acabar las materias importantes para llegar a un 99% de aprobados en la Pau y ser un colegio de "calidad"... y a tí que te importa ¿verdad hijo? Tú no llegarás a hacer la Pau, ni la reválida o lo que sea, porque has decidido volar hacia lo que creías que era tu salvación, la luz, porque aquí abajo no podías ni andar, ni respirar, ni soñar, porque entre todos te lo hemos robado, todo era negro. He llorado leyendo tu carta, porque sé perfectamente cómo te has sentido, porque he visto muchos como tú que aunque han intentado salir del horror como tú, les hemos podido salvar, porque lo hemos detectado a tiempo. Pero ¡hay tantos Diego! Por favor, te pido solo una cosa. Tú desde ahí protege a esos niños que están pasando lo mismo. Dales fuerza para que se lo cuenten a un adulto, dales energía a tus padres porque les va a resultar muy difícil superar esto, y sobre todo ¡por favor! influye para que esos mayores, esta sociedad que mira siempre para otro lado, sea consciente de que esto que te ha pasado tiene un nombre: terrorismo escolar. Y como en la lucha antiterrorista debemos usar todas las armas posibles para combatirlo y que se haga justicia. Diego por favor, ni uno más. Esto no es lo que tu familia quería cariño, ahora lo sabes, pero en el momento del salto solo pensabas en escapar, en volar, como Jokin, como Andrea, como tantos niños anónimos que nunca sabremos por qué lo han hecho, y ahora, cielo, sabes que no es la solución. Que deberías haber hablado y luchado, porque aquí nos has dejado, muy tristes y muy culpables. Por favor, sé el ángel de la guarda de todos esos niños que tú sabes ¿me lo prometes? Con todo mi cariño y un profundo dolor, te quiere. Isabel.

Compartir el artículo

stats