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Abogada

Celebrando el día de la mediación

Una figura cada vez más utilizada en la resolución de conflictos como alternativa judicial

Acabamos de celebrar el día internacional de la mediación. La efeméride está fijada el 21 de enero por ser el día en que, en 1998, el Comité de Ministros de la UE aprobó el primer texto legislativo sobre mediación familiar en Europa. Con ella se pretende dar visibilidad a esta figura, que vendría a reducir la conflictividad en determinados ámbitos en los que es frecuente la generación de enfrentamientos, ofreciendo una solución alternativa a las no siempre deseables contiendas judiciales.

La mediación es una figura dedicada a minimizar, en la medida y términos que sea posible, el conflicto, facilitando el acercamiento de las posturas a fin de evitar el enraizamiento del problema y los enfrentamientos derivados de aquel conflicto principal. Su ámbito de actuación natural -ahí está su origen- es el de la familia, en el que se erige como un instrumento idóneo para evitar la judicialización de las relaciones personales, ofreciendo una posibilidad de respuesta más eficaz en casos de separación y/o divorcio, que la que los Juzgados pueden ofrecer.

La mediación facilita una atención detallada al supuesto de hecho, la implicación directa de los actores afectados en la asunción de la postura del otro y la posibilidad de sentar las bases para una futura capacidad de gestión de los probables enfrentamientos que este tipo de situaciones (con efectos durante varios años) pudieran ocasionar.

Aun así, y pese a que desde aquel primer texto han pasado ya casi 20 años, la mediación está todavía muy alejada de ser la opción más demandada por la población, lo que justifica, dados los resultados positivos de su aplicación -las estadísticas lo confirman- la necesidad de difundir y potenciar la esta figura. Lo positivo de su aplicación ha motivado que la mediación traspase el ámbito del derecho de familia, erigiéndose como un instrumento de resolución de conflictos en el ámbito laboral -en el que su implantación está siendo muy efectiva- e incluso en el penal, donde, si bien se ha quedado fuera de la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal a pesar de haberse incluido en el anteproyecto, empieza a ser demandada por todos los actores jurídicos, habiéndose puesto en marcha, desde el Consejo General del Poder Judicial un protocolo de mediación para determinados delitos, que ya se aplica en algunas provincias. La mediación exige a las partes, en definitiva, voluntad de resolver y propósito de enmienda en lo ya errado, lo que viene a suponer dejar en manos de los interesados parte de la pesada carga que normalmente recae sobre los Jueces, de cuyas resoluciones no siempre quedamos satisfechos. Valga recordar esa maldición popular: "pleitos tengas y los ganes".

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