Dice el señor Aparicio que "si todos fuéramos ángeles o arcángeles no haría falta ordenanza para la protección de convivencia". Tras esta iluminación sería bueno que el señor concejal bajase al planeta tierra y se pusiera manos a la obra para que, desde la participación de diferentes representantes de la sociedad civil y la propia ciudadanía, se pueda conseguir una ordenanza consensuada que no solo proteja, sino que realmente fomente la convivencia y no quede en papel mojado. Abrir el proceso a la participación no significa sólo establecer cauces que la fomenten y promuevan sino que, además, los acuerdos que se obtengan tienen que verse reflejados en el documento final. En caso contrario, nuevamente será más de lo mismo.
El foco del borrador se pone principalmente sobre "los jóvenes" (se olvidan otra vez del lenguaje inclusivo). Hagan la prueba y miren cuántas veces se nombra directa e indirectamente a la juventud. Se la demoniza, especialmente con el tema del "botellón". Pero, ¿qué es "botellón"? ¿Cuántas clases existen? ¿Sólo es "botellón" cuando no consumes en un bar o en una terraza con licencia o en una fiesta de Nochevieja en la plaza Mayor? La solución de este borrador es que no se permite el consumo de bebidas, preferiblemente alcohólicas, en la calle, salvo que pase por caja, momento en el cual tendrá licencia y poco importarán las molestias o ruidos. El problema de fondo cuando alguien consume en la calle son precisamente estos ruidos, molestias o la suciedad que se puede generar, unido a la falta de contenedores, papeleras o baños públicos suficientes. Por tanto, ante estas situaciones hay que escuchar a las diferentes partes implicadas para llegar a puntos de inflexión satisfactorios para la vecindad. Por cierto, me encantaría conocer ese macroportal con capacidad para mil personas del que habla el señor Aparicio. En mi barrio desde luego los portales tienen el tamaño justito y en sintonía con las zonas comunes y de las propias viviendas.
Resulta paradójica también la crítica al consumo de alcohol entre la juventud, como si fuera el único colectivo que bebe, pero a la par se hacen campañas turísticas y eventos que incitan a beber, y no precisamente refrescos. Recuerdo que en mi adolescencia no entendía por qué me decían que el alcohol era malísimo, pero no hacía más que ver que éste era legal y que su consumo estaba totalmente normalizado en la sociedad. El consumo responsable debe ser la tendencia, pues prohibiendo no se ataja el problema, sólo se oculta y se agrava.
La juventud reclama sus espacios y alternativas, pero estas últimas en Xixón resultan totalmente escasas, y no se dota de las herramientas y apoyos suficientes para que sea la propia juventud quien las planifique y ponga en marcha. Ah, no, que igual me equivoco, que hay quien ha tenido la gran idea de facilitar bonos económicos para que la juventud se anime a ir a "divertirse" viendo cómo se tortura a un animal. Gran "alternativa"... Y eso que en el borrador no se permite el maltrato animal.
Desde XSP promoveremos encuentros para la información, reflexión y debate, pero esperamos que efectivamente el gobierno municipal establezca los diferentes canales de participación para conseguir construir entre todos y todas una ordenanza acorde con la realidad social y respetuosa con toda la vecindad, fomentando la convivencia desde la mediación y la educación y no desde la imposición y penalización. No será fácil, pero el primer paso es ponerse a trabajar codo con codo y plantear desde la crítica constructiva opciones para que todas las personas podamos disfrutar de nuestra ciudad.
