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Titiritando

Los premios "Oh!" de las artes escénicas asturianas y el debate sobre la libertad de creación

Que el teatro y sus oficios tienen múltiples riesgos es algo que esta tarde podrán ustedes comprobar si se dejan caer por el Paseo de Begoña a partir de las siete y media de la tarde y, una hora después, se acomodan en la platea del Teatro Jovellanos para disfrutar de la gala de los premios "Oh!" de las artes escénicas asturianas. Una vez dentro, si preguntaran, recogerían lamentos de pobrezas, soledades e inaniciones teatreras varias y fuera constataríanel peligro del intangible en estas artes, ese mensaje con subtextos que, a base de querer revolver conciencias, en ocasiones da con sus huesos en un juzgado de guardia.

Y todo porque una hora antes del comienzo de la gala con glamour asturplayo en el Jovellanos, se llevará a cabo una concentración en apoyo a los dos titiriteros encarcelados primero y luego en libertad con cargos por presunto enaltecimiento del terrorismo. Sin duda, en los mensajes de agradecimiento y discursos que se escuchen hoy en el coliseo gijonés también habrá alusiones al caso y defensas encendidas de la libertad de expresión y creación.

Yo creo que hay compañías con montajes de muy dudosa calidad artística, programadores que eluden o directamente ignoransu obligación de conocer el contenido de la obra que han contratado, públicos hipersensibles a discreción, voceros instrumentalizando todo lo anterior y jueces que parecen levantarse con la intención de hacer de una sentada y en un solo reo toda la justicia que tienen atrasada.Y creo que a veces se juntan todos o varios de estos ingredientes y puede ocurrir que algún cómico salga mal parado y buscando abogado.

La convivencia entre la libertad de creación y todos los demás derechos tiene esa fragilidad de granito que sólo sabe darle la democracia madura. Si todo funciona, a pocos les meten el dedo en el ojo porque hay libertad para elegir dónde se va a contemplar cultura. Sí, hay formas de expresión que pueden herir sensibilidades, a todos nos ha ocurrido. Pero francamente, yo prefiero escoger por mí misma qué voy a ver y dónde, a que sea otro el que lo haga por mí, no vaya a ser que se le vaya la mano al escogedor y acabe queriendo pintarnos a todos una realidad única.

Sin embargo, creo que también esa madurez ha de exigírsele al artista, el "todo vale" es un buen punto de partida para que surjan ideas y formatos pero conviene no perder de vista que el respeto debe funcionar en doble sentido, hacia el artista y hacia el público que se acerca a contemplar su obra.

Eso sí, en caso de duda, les confieso que prefiero ser indulgente con el creativo y, si acaso, castigar al que no me ha gustado con mi indiferencia después de una mala crítica en voz alta. Porque si vamos con el Código Penal en la mano, me pregunto qué habría que hacer, por poner un ejemplo, con tantos autores e intérpretes de canciones que son perenne apología del machismo, desde el formato micromachismo al machismo que asesina. Hay letras que escarpian.

Debate, si se quiere, hay para dar y tomar en este asunto pero conviene no perder nunca de vista que la cultura cura de casi todo y principalmente de la intolerancia. Creo que buena muestra de ello son todas las candidaturas de los premios "Oh!", que convoca la Asociación de Compañías Profesionales de Teatro y Danza de Asturias y que esta tarde se entregan.

Yo iré encantada a dar y sentir el calor de estas gentes extrañas que sufren y ríen al tiempo, que hacen el milagro del pan y los peces para sacar un montaje escénico de una caja donde sólo había telarañas, que siguen esperando por una Ley del Teatro, convenios colectivos, una política de apoyos y recursos que sea motivadora con los amateurs y hacedora de industria con los profesionales? A día de hoy, ahí siguen, famélicos y tiritando. Bueno, esta noche, más bien titiritando.

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