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Psicóloga

¡Al altillo que me voy!

Humor absurdo al que nos llevan las noticias diarias de corrupción

Oigan, que me tienen como loca buscando encima de los armarios, a ver si los de Ikea -ya que contribuyeron a amueblar mi casa- se han dejado algo olvidado, porque los fontaneros, gremio que desgraciadamente he tenido casi como inquilinos, seguro que no. Éstos más bien se han llevado cantidades ingentes de dinero, después de levantarme todo el suelo buscando la humedad que salía ora por aquí, ora por allá, porque eso, las obras, forman parte de mi biografía escrita. Pero ahora entiendo al suegro de Granados. Yo también tengo mal la rodilla (que no es por los tacones, Toño, que es el tiempo) y no estoy para andar subiendo a los altillos como él, pero aun así, y a riesgo de volver al quirófano, me he subido. Y oigan, me he encontrado en una caja perdida allá a lo lejos, un gorro precioso que había extraviado hacía unos años...

¡Ya! Me dirán que menuda asquerosidad de casa si no lo he visto hasta ahora, pero es que yo no soy ama de casa, y nadie sabía que aquel gorro en aquella caja, lo había buscado por tierra, mar y aire, que estaba sin estrenar, menos ahí. Y hete aquí que en una limpieza aparece y yo, pues casi como si fuera el millón de euros... Que a quién se le habría ocurrido meter el gorro en esa dichosa caja. Yo juro que no sé nada, como el suegro de Granados, que como bien dice el señor Alarcón, todo el mundo tenía la manía de entrar y salir de la habitación, igualito que en la mía. Para mí que los de Ikea, al poner el armario, lo vieron y lo guardaron muy afanosos ellos, para que no se me manchara con el polvillo y hasta hoy. Alegría para mi body que no se llevan los suegros de Francisco a los que, o bien su hija o su yerno, les ha hecho la puñeta, pero de qué modo.

Y es que hay que ver lo que pasa con los regalos, con el dinero público, nunca mejor dicho, pero público del todo. O sea, que los dineros son míos, suyos y del lucero del alba. ¿Que hay que ir a una reunión de tu partido, chis, pero sin ser casta que quede claro, y te compras gomina? Pues la pagan los mañicos, que la imagen es la imagen, aunque suene más bien a facha eso de la gomina. Pero es lo que tiene tocar, oler un poquito el poder, no se vayan a creer que todos van con rastas... No, este con gomina a cargo del erario público, que hay que salir bien en las fotos y si no, que se lo digan a la señora Maestre, que se arrepiente de ser ahora "casta" y tener más publicidad que cuando era una estudiante inocente al juzgarla por aquella tontería de quedarse medio en pelota en una iglesia, gritando "contra el Vaticano, poder clitoriano", o "el Papa no os deja, comernos las almejas", entre otras lindezas, como se ha comprobado en el vídeo y las declaraciones de los testigos, aunque ella había alegado que simplemente pasaba por allí...

Algo así como le debió pasar al concejal de seguridad de su mismo consistorio (que hay que ver qué de alegrías y chanzas nos está dando) que también pasaba y oigan, unos cuantos que también pasaban, en plena posesión de lo que es libertad de expresión y sin desnudarse ni nada, le dijeron de todo menos bonito. Para algunos eso es violencia, para otros libertad de expresión, para mí, leer el periódico o ver la televisión se ha convertido en una película de los hermanos Marx, porque es el humor más absurdo, pero más contagioso del mundo, a tenor de las novedades diarias. ¡Ah! El acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos, contra la corrupción, con fotos y prensa y toda la pesca, ideal de la muerte. Como si con ello fueran a conseguir algo, cuando ni uno ni otro, ni el otro que espera sin hacer nada, o el chulito que quiere tener al CNI a su mando, van a formar gobierno...

Pero eso sí, siguen dando titulares y temas para las tertulias, que es de lo que se trata, mientras nos toman a todos por gilipollas... A mí ya no me la dan, ni unos, ni otros, pero eso sí, les juro que en cuanto pueda con mi rodilla, me subo a todos los altillos de mi casa... Que nunca se sabe.

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