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Crítica / Arte

Diez artistas jóvenes asturianos

El Barjola presenta una selección de nuevos creadores con proyección

La exposición, instalada en la primera planta del Museo Barjola, exhibe 58 piezas de 10 artistas asturianos jóvenes, nacidos entre 1980 y 1989. Es iniciativa del equipo curatorial formado por María Martínez y Ana González, licenciadas en Historia del Arte y especialistas en Museología y arte contemporáneo. Su trabajo ha consistido en seleccionar a los artistas y entrevistarles en su propio taller. De aquí han salido dos presentaciones en pantalla, una con la ficha técnica de las obras y otra con las impresiones de los jóvenes creadores treintañeros, que responden a tres preguntas: si se sienten o consideran artistas, qué les cuesta y qué beneficio les reporta su dedicación al arte. A la primera, la mayoría dice que sí, con ciertos reparos, porque la palabra "artista" la ven como muy fuerte. A la segunda, comentan algunos sacrificios personales. Y a la tercera, ninguno habla de dinero, sino de la satisfacción de crear y hacer lo que les gusta. Estas presentaciones permiten al público conocer en pantalla a los artistas, que son 6 mujeres y 4 varones, cuyos gestos y comentarios hacen la muestra más cercana y atractiva. Sales de allí sabiendo que todos ellos tienen ya un currículum inicial de exposiciones y premios, motivo de esperanza, pero con todo algunas preguntas te rondan la cabeza, como cuántos de estos creadores alcanzarán notoriedad, cuántos lograrán vivir desahogadamente de su trabajo, y en consecuencia, si hay repuesto en Asturias para los artistas actuales, que han alcanzado notoriedad nacional e internacional. Hacemos un recorrido de izquierda a derecha, según orden de exposición.

Liana Montserrat Rodríguez López (Oviedo, 1989) muestra 15 fotografías analógicas y digitales, bajo el título de "Silencio" (2015). La mayor es un pequeño pájaro estrellado sobre el radiador de un Mercedes. Otra es una flor que emerge debajo de una cortina doméstica. O una mariposa que vuela. Hay acusada sensibilidad en estas fotografías de Liana Montserrat.

Mariana Heredia (Gijón, 1988), graduada (2011) en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca y con postgrado (2014) en la Alta Escuela de Arte de Kassel, presenta una obra de la serie "Partículas de masas" (2015). Se trata de un tablero con objetos, fotos, cristales y plásticos. Y un libro donde se han estampado de corrido frases recogidas entre los viandantes del muro de San Lorenzo.

Nieves González (Oviedo, 1988), licenciada en Bellas Artes por la Complutense de Madrid (2011) empezó su obra relacionando mujer y alimentación, con sus series "Desvaríos en la mesa" y "Guerra en la cocina", incluyendo dietas y anorexias. Aquí se dedica a otras comidas, digamos sexuales, en una selección de su obra que titula "Sweet girls" (chicas dulces / chicas fáciles). Si se trata de reflexionar sobre la condición de la mujer, su discurso resulta excesivamente fisiológico, hasta hacer "esculturas" con tampax y compresas.

Tania Blanco (1987) titula su trabajo "Rompecabezas" (2013), un nombre perfectamente literal, pues se trata de hacer recortes con regla y cuter sobre 12 primeros planos de retratos de gente joven. El resultado es sorprendente, pues hay veces en que los rostros parecen cubiertos por una máscara de carnaval.

Pablo Pons Heres (Avilés, 1987) presenta "Sea Punk's girl hope" (2015), con mucha acumulación de materia y aire entre pop y naíf. Y "Energy Dream", donde acumula y superpone diversos elementos sobre un motor de lavadora, elementos que casi desaparecen bajo la pintura misma.

Tamara Norniella (Oviedo,1986) reflexiona sobre "La dislocación del yo". Son cuatro piezas muy tristes, que responden a experiencias personales o autobiográficas, según confiesa su autora. Vemos un rostro cubierto de látex y otro con pelo artificial y alfileres. Entre "La dislocación del yo" y el título genérico de esta serie "Flayed identity" (identidad desollada) hay escasa diferencia. En la serie "Flayed", Tamara, cubierta de látex, fue desollada ante la cámara. Mostrarse en público desollada es como exhibir los más íntimos estados de conciencia. Recuerda el poema de Arthur Rimbaud "El durmiente del valle" (1870), que trata del joven soldado que parece dormir bajo el sol, aunque en verdad está muerto, con dos agujeros rojos en el costado derecho. Es lo único que falta a su piel.

Juan Falcón García (1985) gestiona con su hermana Lucía la galería "Falcón Espacio Creativo", en la calle San Melchor, 15 de Oviedo. Su cuadro en el Museo Barjola se titula "La semilla" (2015). Es un cuadro todo blanco, al óleo sobre lienzo, donde se superponen capas de pintura blanca con veladuras también blancas. Recuerda las obras puramente abstractas de Malevich anteriores a la I Guerra Mundial.

Helena Toraño Caso (Llanes, 1984) muestra obra de la serie "Demasiado sospechoso", unas al acrílico sobre lienzo y otras a lápiz y collage sobre papel. Estamos ante un relato de cine policial o novela negra, donde aparece sobre el suelo la persona asesinada y otras gentes del común que observan la escena y se miran unos a otros pensando quién será el asesino. Hay luego, sobre papel, una serie de 9 personajes que emiten su opinión, al modo de las actuales comunicaciones a través de las llamadas redes sociales.

Álvaro Díaz Jiménez (Gijón, 1981) ofrece la obra "Creo que va a empezar a llover". En efecto, hay arriba a la izquierda una nube con ojos que despide gotas y a la derecha un círculo con ojos que integra un caserío. De una de las casas que conforman ese gran rostro, sale una banda negra que se entrelaza formando finalmente un personaje sobre patinete. Por la derecha hay muchas manos dirigidas al cielo y un edificio que recuerda la iglesia de San Pedro. Tal vez el artista recuerda las antiguas procesiones de rogativas por la lluvia, expresa que la lluvia es necesaria, pero trastoca las costumbres de las gentes, la percepción de la realidad de los ciudadanos.

Iván Gutiérrez Baizán, Iván Baizán (Oviedo, 1980) es licenciado en Bellas Artes por la universidad de Salamanca (2006) y Técnico Superior en Grabado y Estampado por la Escuela de Arte de Oviedo (2013). Expone obras de la serie "En tránsito", a base de serigrafías, estarcidos al acrílico y acrílico sobre lienzo. El artista se pasea por la ciudad y sus obras ofrecen percepciones y recuerdos que el observador puede reconocer. Combina monumentos históricos y graffitis. Reconozca el visitante una ventana neogótica de la Iglesia de San Lorenzo.

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