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Musicólogo | Crítica / Música

Arturo Sandoval: un políglota del jazz

Un concierto vibrante en el cierre de la gira europea del artista cubano

Cuando se supo que Sandoval venía a la ciudad, muchos se apresuraron a comprar su entrada. Era el único concierto en España y el último de su gira europea, y así más de 800 personas se congregaron el pasado sábado para disfrutar de una velada musical de mucha altura. Gijón es una ciudad de jazz y esta era, con toda seguridad, una de las citas imprescindibles del año para los seguidores del género. Sandoval cuenta con una carrera llena de éxitos y es uno de los referentes dentro del jazz latino.

El músico cubano salió al escenario con su banda sin ceremonias, todos con atuendo informal, y enseguida explicó por qué: la compañía Iberia había perdido su equipaje, y no sólo las maletas, sino también el contrabajo, por increíble que parezca teniendo en cuenta las dimensiones del instrumento. Nada importó, apenas empezó a sonar la música surgió la magia. Comenzaron con un rythm & blues de estructura clásica y a ratos swingueado que dio espacio a cada instrumentista para presentarse con su respectivo pasaje a solo. Correcto, pero el público iba en busca de aires latinos y así quedó patente con la acogida de su siguiente pieza: una versión de "El manisero" que comenzó especialmente lenta, delicada, echada para atrás incluso en los tumbados del piano. Tras unas vueltas, un repentino cambio de ritmo logró la temperatura adecuada para dar paso a un tema bop con fraseos vertiginosos de trompeta que combinaron timbres cálido y golpes de rabia, como arañazos musicales. Este músico consigue sacarle todo tipo de matices a la trompeta, y cuando parece que ha llegado al agudo, aún consigue subir más. Espectacular.

Sandoval es un hombre de recursos, y sorprendió con un scat a solo que derivó en un patrón de funk. A continuación, más aires latinos con el clásico "Manteca", uno de los temas pioneros del jazz afrocubano, creado por Chano Pozo y Dizzy Gillespie. Precisamente, en homenaje a este último, Sandoval interpretó "Everyday I think of you", una balada crooner que defendió bien con la voz, aunque claramente no es su fuerte.

Llevábamos una hora de concierto y el abanico de estilos musicales no paraba de crecer, en los temas se mezclaban ingredientes de muchos de ellos de forma natural, como lenguajes bien digeridos que convierten a Sandoval en un políglota del jazz. Hubo tiempo para que el cubano se luciera también al piano, sobre ritmos caribeños y esbozando incluso la melodía del archiconocido "Oye cómo va". Todo fluía, y el concierto ganaba minuto a minuto. Lástima que, en el diálogo desenfadado con el público, optara por incluir referencias anticastristas que no pasaron desapercibidas y fueron contestadas por otros cubanos desde el público, lo que enrareció el ambiente. A pesar de que Sandoval se disculpó por los comentarios varios minutos después, la atmósfera no era la misma. Y es que España no es Miami, y si arriesgas con este tipo de temas te expones a que esto suceda.

En fin, el concierto será recordado por la música: una docena de temas largos en los que todos los músicos demostraron su maestría con Sandoval mandando al frente sobre todo con su trompeta. Si hubiera que poner alguna pega, la encontraríamos quizás en la excesiva presencia de los sintetizadores, en ocasiones con timbres difíciles de empastar con el resto del grupo, aunque eso es ya cuestión de gustos. Lo que queda claro es que si Sandoval vuelve por Asturias tiene el éxito garantizado. No se lo pierdan.

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