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Cartas al amigo ausente

No hay mal que por bien no venga

El pueblo llano comienza a prescindir de los políticos faltos de ética que utilizan el engaño

Me reprochas, querido amigo, que no te de mi parecer sobre quién es el más idóneo entre todos los cabezas de lista de los partidos políticos actuales, y es que, al igual que la gran mayoría de los españoles, estoy inmerso en este mar de dudas que inunda nuestro país.

La verdad es que han quedado al margen de esta lucha los programas, si es que existen, así como los partidos políticos incluso con sus divisiones internas en todos ellos por diversas razones, entrando sin excepción en la dinámica exclusiva de centrarse en la persona o personas que van a ocupar los puestos de mando, lo cual, en un momento tan delicado de la situación española no parece muy adecuado ni ético, máximo cuando la incertidumbre creada no parece que vaya a cambiar de hábitat, pues da la impresión que quienes la están creando, prefieren que acampe a sus anchas disfrutando de sus desmanes e insensateces.

También me provocas para que manifieste mi opinión sobre la diferenciación entre quienes pretender distanciarse entre "lo viejo y lo nuevo". Para esta respuesta te remito a nuestro querido profesor de marketing del que tan buenos recuerdos tenemos los dos cuanto definía la asignatura como: " la definición, el diseño, la creación y la distribución del producto que el público necesita y está dispuesto a comprar".

Te diré que no creo en marcas predeterminadas que se venden etiquetadas sin posibilidad de flexibilizar ante las necesidades de cada momento. También por principio destierro la diferenciación entre lo viejo y lo nuevo, pues ambas son y las considero cualidades aprovechables, si de cada una se obtiene lo mejor de ellas. Tampoco el color del envoltorio me seduce, pues no entiendo que para ofrecer bienestar a la sociedad, se clasifiquen las soluciones en función de sentimientos antiguos y brechas en corazones, anteponiendo recelos pasados en entrañas no cambiadas de aire oxigenado.

Abogo por escuchar a los ciudadanos, para lo que deben existir soportes propicios donde prevalezca el bien común, diferenciándole del común establecido en la actualidad: el vil dinero con su no menor y despreciable envoltorio de la prepotencia.

Los candidatos tienen que pensar sin descanso no solo en el producto que envuelven con papel atractivo, sino que tienen que advertir del precio que el ciudadano deberá pagar en el presente y en el futuro por adquirir lo que ofrecen, advirtiéndole también de los sacrificios que precisan realizar, así como de los riesgos que con ello acarrean y todo ello, además, sin engaños.

No veo tampoco que tengan como objetivo quienes pretenden dominar este país trabajar por el bien común, incluso observo como dan la espalda al sacrificio en su integridad, al esfuerzo por conseguir cuanto publicitan en sus predicaciones, y sobre todo se mantienen impasibles a la desfachatez y falta de ética tanto de ellos como de sus propios compañeros.

Sin embargo, querido amigo, quiero decirte que a pesar de todo ello, estoy esperanzado, pues veo que el pueblo llano está comenzando a prescindir de quienes engañan y a darles su merecido en las urnas.

Por otro lado, existen signos de agotamiento en la sociedad en general a consecuencia de todo lo que está sucediendo en nuestra España, incluso se está clamando sin violencia pero con grandes silencios que hablan por sí solos, una solución para evitar el desastre al que nos están llevando los "malpagados gobernantes" que con su inhibición están provocando que el pueblo les obligue a dar una solución de gobernabilidad, aunque para ello tengan que conseguirlo con una imposición constitucional que les obligue a mantenerse reunidos sin ninguna comodidad, y si me apuras, a base de agua exclusivamente, hasta que salga a la luz el tan esperado consenso de gobernabilidad que, al menos evite el desastre latente.

Afortunadamente, la sociedad española es un ejemplo que para sí debieran tener los políticos como referencia. Los ciudadanos, aun sintiendo en sus propias carnes los efectos de este desgobierno, tienen la esperanza de que algún día se vea la luz en esta magnífica patria, aunque haya que prescindir de quienes ahora rigen sus destinos. Mientras tanto, la solidaridad llega a los verdaderamente necesitados y hasta cunde el ejemplo con un gran banco español que dona 5,1 millones de euros a una asociación para proyectos de inserción socio-laboral. Bienvenida sea esta buena acción social dentro de un sector no dado hasta ahora a sensibilidades de este tipo. ¡Cómo está el patio!

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