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Profesor de Geografía e Historia

Polémica en la playa

La poca arena en San Lorenzo supone un lastre turístico y económico para Gijón

La geomorfología es el estudio de la historia y características de las formas del relieve terrestre. Incluye por tanto la topografía del relieve, los desniveles del terreno, cuanto la geología, la composición de sus materiales; viene a ser como la historia de las geografías. Los mapas topográficos expresan las curvas de nivel, líneas imaginarias que unen puntos situados a la misma altitud. En un mapa geomorfológico, en función de los buzamientos -inclinación de las capas- se interpretan por ejemplo fallas o las estructuras anticlinales (divergentes) o sinclinales (convergentes) de los pliegues a partir de su eje. La morfología litoral también es combinación de los factores tectónicos (constructivos) y erosivos (destructivos). El contacto entre la tierra y el mar no es una línea fija, sino una superficie dinámica. Incluye el estero, espacio comprendido entre el nivel de la máxima pleamar y la mínima pleamar; una parte litoral superior a la orilla de la marea alta, pero bajo la influencia de la acción directa del agua del mar; y una parte siempre sumergida donde trabajan las olas rompientes y las corrientes de resaca. Las transgresiones o avances marinos y regresiones o retrocesos durante el Cuaternario demuestran que las costas tienden a buscar un perfil de equilibrio, que puede ser alterado por la acción humana. Es el caso entre otras de la playa de san Lorenzo en Gijón, donde el estero ha sido invadido parcialmente, sobre todo en su sector occidental por las construcciones del paseo del Muro, aparcamiento subterráneo y viviendas.

Decir que la playa de San Lorenzo tiene mucha arena seca es como afirmar que el sol es cuadrado, cuando la esfera solar está brillando en lo alto del cielo a las doce del mediodía. La playa de San Lorenzo tiene una superficie relativamente escasa de arena seca, porque en mareas altas el agua del mar la sumerge y llega hasta el muro, de las 15 escaleras, aproximadamente en las 10 primeras. Aquí en Gijón, con clima atlántico templado y húmedo de influencia mediterránea (sequedad estival) no vamos a competir en arenales y sol con las playas del Mediterráneo de Málaga o Alicante, de clima templado-cálido y lluvias moderadas. Pero sí competimos en cambio con zonas de clima parecido como la playa de La Concha en San Sebastián, donde la pleamar también sube mucho pero no llega a inundar todo el ancho del arenal, o la playa de Riazor en Coruña, donde la superficie de arena seca es sustancialmente mayor. En la playa artificial de Poniente, por su parte, el problema es el viento estival (además de noroeste, también noreste) que levanta la fina arena, haciendo incómodo el disfrute a los bañistas. Aquí además tenemos que enlazar un paseo marítimo desde el puerto del Musel con recepción de cruceristas hasta el puerto deportivo, pasando por las playas del Arbeyal y Poniente. ¿Y por qué no 400 viviendas en Naval Gijón, amén del delfinario, que no quede desolado? Sería una pena resignarnos a que nuestras playas sean más para contemplarlas que para usarlas. Para llegar a algún sitio, hay que atreverse a dar el primer paso.

Se puede estar a favor o en contra de mejorar la playa. Los ingenieros de la universidad de Granada autores del proyecto de ampliación del puerto del Musel proponían, como consecuencia de su estudio técnico (no de mucha precisión batimétrica por cierto), rellenar con arena la playa para disminuir los efectos, que suponían conllevaría más arena en el área occidental de san Pedro y menos en el área oriental del Piles. La cuestión no es si hay medio metro más o menos de altura donde queda arena seca (Piles), sino por qué no hay un metro más de arena seca en el área de Salvamento. En cuanto a posturas presuntamente progresistas y ecologistas de "no tocar" la playa, se trata de un contrasentido, pues la playa ha sido degradada por la acción humana, y lo que se plantea es la conveniencia y posibilidades o no de su corrección.

El presunto retorno a la "normalidad" del arenal tras cada temporada de temporales que defienden algunos parece chocar con la evidencia, pues cada año caben menos casetas de rayas bicolores. Además es una "normalidad" de playa degradada y de escasez de arena seca provocada. Llevar 10 metros atrás la línea de edificios ya no tiene solución. Para quienes dicen que rellenando los temporales se volverían a llevar la arena, cabe recordar que baten con más fuerza en marea alta: con pleamar el mar sedimenta arena, acumulándola en las defensas del estuario; es en la bajamar cuando el agua la erosiona arrastrándola mar adentro, según las corrientes de derrubios (granos) y órbitas elípticas.

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