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Conchita Piquer en Gijón

A propósito de las seis ocasiones en que estuvo en la ciudad la gran artista, la primera de ellas en 1927

Concepción Piquer López (Valencia, 1906-Madrid, 1990) fue primero Conchita Piquer y luego, con el paso de los años, Concha Piquer, y doña Concha. La figura más emblemática de la copla española, sin duda. Popularizó canciones que hoy son patrimonio de la humanidad. Si citamos solamente "Ojos verdes", "Tatuaje", "Mañana sale", "La niña de la estación", o "Romance de la reina Mercedes", dejaríamos sin mencionar "Cárcel de oro", "Cinco farolas" o "Suspiros de España", y muchas coplas más que forman parte de nuestra memoria histórica.

Conchita Piquer visitó Gijón en seis ocasiones, la primera en agosto de 1927, a los dos años de regresar de Estados Unidos. Y es que allí marchó cuando era casi niña, tenía sólo trece años, y allí estuvo, cantando y triunfando en Norteamérica, durante cinco años. Con dieciocho años volvió a España y con el tiempo regresó varias veces, a América del Sur también. De ahí la leyenda viajera del "baúl de la Piquer", porque para las largas giras (vía marítima) viajaba, literalmente, con la casa a cuestas. "Los baúles de la Piquer" sería más exacto.

En Gijón cantó y en Gijón se vieron películas por ella protagonizadas. Como "El hombre que tenía el alma negra" que se proyectó en el salón Doré en el año 1930. El salón Doré estaba donde hoy vemos la escuela de hostelería, en Begoña. "Yo canto para ti" se vio en Los Campos Elíseos (esquina de Ramón y Cajal con avenida de la Costa) en el año 1935; la película "La Dolores" se estrenó en el Robledo, calle Corrida, ya en la posguerra, en marzo de 1941, y también se proyectaron en la ciudad otras películas por doña Concha protagonizadas. Por ejemplo, "Filigranas", en el año 1951; "Me casé con una estrella" estrenada en el año 1954 en Los Campos Elíseos, o "Salero de España" que se proyectó en el teatro Jovellanos en diciembre de 1935.

Lo decíamos antes. La primera actuación de Conchita Piquer en Gijón tuvo lugar el 6 de agosto de 1927, cuando tenía 21 años y era ya una estrella incuestionable. Fue en el teatro Dindurra, en el mismo lugar donde hoy está el Jovellanos. Las crónicas de los periódicos locales elogiaron mucho su labor artística, aunque, eso sí, con alusiones a "los encantos que tiene, típicos de la mujer española, con un cuerpo de Venus menuda, una de las mujeres más bellas de nuestro país; indudablemente una gran artista y una gran mujer".

No volvió a Gijón hasta el año 1935, a Los Campos Elíseos dentro de un espectáculo llamado "Galas 1935" y donde estaba acompañada por una orquesta, por cantantes, bailarines, y otros artistas muy conocidos entonces como Ramper y Castex. Era ese Ramper un payaso que, a la vez, "efectuaba ejercicios de transmisión de pensamiento", y Castex se anunciaba como "artista enciclopédico y genio con sus muñecos parlantes". Igual. Los periódicos locales se deshicieron en elogios hacia la Piquer.

Regresó a Gijón después de la Guerra Civil, en marzo de 1941, otra vez a Los Campos Elíseos, junto con otros artistas como el cantaor flamenco Pericón de Cádiz. Con ese motivo estrenó Concha Piquer temas como "A la lima y el limón" o "El café de Chinitas", enseguida muy populares. Volvió al mismo escenario en junio de 1942 con un espectáculo de nombre "Estrella de estrellas" con la entrada más barata -en el "gallineru de Los Campos"- a un precio de peseta y media. Dos años después, en julio de 1944, cantó por quinta vez en Gijón dentro del espectáculo "Retablo Español", y esta vez en un teatro Jovellanos que se había inaugurado dos años antes. Decían los anuncios: "Tras su actuación en Gijón con Retablo Español la artista saldrá desde el puerto de El Musel para Buenos Aires donde se la espera con la máxima expectación". Siempre con los baúles a cuestas.

Por fin, última actuación de la artista en Gijón; eso ocurrió a finales de junio del año 1949. Fue en el teatro Jovellanos con su espectáculo "Tonadilla". El diario "Voluntad" la elogiaba como una artista "en la cabeza del folklorismo que tanto prima hoy, artista a cuyo conjuro el público abarrota las salas como el Jovellanos y la aplaude con fervor". Escribía el que era redactor-jefe del periódico, Federico Miraz, sobre las lucidísimas interpretaciones de la artista "como cuando cantó el Romance de la reina Mercedes o una nana que nos regaló fuera del programa".

La última aparición pública, cantando, de Concha Piquer fue nueve años más tarde en Isla Cristina, en Huelva, en 1958. Allí, con 52 años, tuvo un fallo en su voz y decidió no subirse más a los escenarios. Su leyenda creció en vida hasta que doña Concha murió en el año 1990, un día antes de cumplir los 84 años.

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