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Huelga de argumentos

Cuando se confunde ser progresista con llevar la contraria

Otra huelga educativa celebrada estos miércoles 13 y jueves 14 en Asturias, convocada por el Sindicato de Estudiantes. Cada vez que hay una huelga convocada el alumnado tiende a votar abrumadoramente a favor, tengan más o menos razón las reivindicaciones, pues conlleva por supuesto estar dos días sin clase y con frecuencia sin implicación alguna, solo a veces corre, se repasa o se profundiza determinada materia o se respetan exámenes. En principio todas las huelgas en las últimas décadas han tenido razón de fondo en pedir más dinero para la enseñanza. En esta oportunidad piden también la paralización del calendario de la entrada en vigor de la LOMCE, la enésima reforma de la reforma, implantada en solitario por el PP. Sucede que el gobierno está en funciones, esa petición la acaba de aprobar el Congreso de los diputados, y ante la probable nueva cita electoral a finales de junio, no tendría tiempo de ser tramitada su paralización en el Senado ante la disolución de las cámaras. Por tanto no se sabe a quien se piden las reivindicaciones, si al gobierno que ya se sabe en las actuales circunstancias no va a seguir gobernando, o al Congreso probablemente provisional para que apruebe lo que ya ha aprobado. Otro dato llamativo que es que el tal Sindicato de Estudiantes suele envolver sus peticiones en proclamas anti sistema, anti capitalistas y por la paz y el amor en el mundo. Desconocemos su eficacia respeto a la guerra en Siria o el terrorismo.

Dos de las cuestiones de fondo son los itinerarios educativos y las reválidas. Hablando todos de calidad de enseñanza e igualdad de oportunidades, la derecha suele estar a favor de los dos, y la izquierda suele estar en contra de ambos. Sin embargo considero lo más lógico estar a favor de los itinerarios y en contra de las reválidas. El argumento de las izquierdas contra los itinerarios educativos, que puedan elegir ramas y asignaturas según sus aptitudes e intereses, es que se les segrega y discrimina. ¿Por qué va a ser discriminatoria la libertad de elegir? ¿Es injusto que unas personas sean bomberos, otras médicos, y otras operarios; están discriminados por estar separados? ¿Deberían estar juntos en un mismo edifico hospital, parque de bomberos y central térmica a la vez? En cuanto a las reválidas, como el propio nombre indica, ¿por qué hay que volver a validar lo que ya está validado? ¿No es una redundancia? ¿O es que no nos podemos fiar de los profesores que aprueban a sus alumnos porque consideran objetivamente que han aprendido? ¿Un examinador externo puede valorar en un día las capacidades básicas y madurez adquiridas por el alumnado a lo largo del curso? Al menos empiezan a impulsar la Formación Profesional dual. Hay que ver como nos cuesta pasar al debate como diálogo y de los monólogos al contraste de argumentos. Como si reconocer lo evidente fuera de débiles, en vez de superar errores propio de sabios.

Pero los tópicos lo admiten todo. Ahí podemos tener a unos señores diciendo que la playa de san Lorenzo tiene mucha arena seca cuando vemos a diario que tiene poca, o que la arena seca ocupa 100.000 metros cuadrados (un kilómetro de largo por cien metros de ancho de media en marea alta) cuando vemos que ocupa unos 50.000. Que digan que no quieren tocar la playa o que arreglarla un poco es caro, pero no que tiene mucha arena seca. O a otros diciendo que enlazar el tren con el aeropuerto de Asturias es carísimo, porque costaría entre 65 y 220 millones de euros. Resulta que el AVE Madrid-Sistema Ibérico-Barcelona ha costado para 600 kilómetros unos 9.000 millones de euros, a 15 millones por kilómetro. En el caso del aeropuerto de Ranón la vía del tren está en Santiago del Monte, a 2 kilómetros del aeropuerto, no harían falta los grandes túneles ni viaductos del Sistema Ibérico, y nadie está hablando de una línea de AVE para ir a 300 por hora. Inventarse datos o excusas para confirmar los prejuicios y no tener que analizar posibles soluciones, no es ni ecologista ni progresista, es simplemente absurdo. Lo racional es estudiar objetivamente la realidad y a partir de ahí sacar nuestras conclusiones y propuestas de mejora. Ser antisistema porque sí no es ser progresista, de hecho lo que hace progresar no es poner palos en las ruedas, sino impulsar el avance. Nuestro sistema de economía social de libre mercado tiene defectos y es mejorable, pero ¿qué otro sistema alternativo es mejor? ¿Mejorarán las infraestructuras y comercio, o la economía y el empleo de Asturias si nos quedamos de brazos cruzados o llevando la contraria? ¿De qué nos sirve repetir tópicos, incluso desfasados o erróneos, para aplicar reformas y dar pasos de progreso real?

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